DESDE EL SÓTANO
Nº: 39 . 3ª época. Año III
Jean de Selys Longchamps Por: Juan Carlos Herreros Lucas
 

Jean de Selys Longchamps

Jean de Selys Longchamps

La historia de Jean, barón de Selys, hubiera sido una más de la Segunda Guerra Mundial si no fuera porque un día decidió darse una vuelta con su avión por su ciudad natal. Este hecho, nos recuerda algunos acontecimientos más modernos: como el aterrizaje del avioneta en la plaza roja de Moscú. Jean nació en Bélgica el 31 de mayo de 1912 en una aristocrática familia belga. La Primera Guerra Mundial la sufrió siendo un niño, con su país invadido por los alemanes durante largos años. En 1933, ingresó en una escuela militar y cuatro años más tarde salía de ella destinado al arma de caballería. Fue movilizado cuando los alemanes atacaron Polonia en Septiembre de 1939, pero cuando le llegó el turno a Bélgica en 1940, a punto de cumplir 29 años, la rápida derrota de su país le impidió combatir con los alemanes. La fortuna de quedar cercado con las unidades británicas en Dunquerke y su deseo de continuar luchando, le hizo salir del país y dirigirse a Gran Bretaña. Volvió a Francia casi inmediatamente para seguir combatiendo. La derrota francesa le hizo huir nuevamente, dirigiéndose a Marsella para desde allí pasar al norte de África con destino a Gibraltar, pero las autoridades marroquíes lo detuvieron. Fue devuelto a Marsella y allí internado en un campo de prisioneros cerca de Montpellier. Se escapó del campo, cruzó los Pirineos y a través de España consiguió llegar a Gran Bretaña. Era bastante mayor para entrenarse como piloto (la fuerza de caballería belga ya no existía y la única forma de seguir combatiendo era siendo piloto), pero aún así le aceptaron en la RAF en Enero de 1941, en la Reserva Voluntaria (un eufemismo para las unidades de extranjeros que alistaban para seguir combatiendo a pesar de que sus países y gobiernos habían firmado la rendición). En Septiembre de 1941 fue asignado al Escuadrón 609 de la RAF (a una unidad formada exclusivamente por belgas).

En dicho escuadrón había muchos voluntarios de la Batalla de Inglaterra, lo que hacía que el nivel de sus pilotos fuera bastante elevado y que ayudó a que Jean mejorara sus aptitudes. Participó en varias misiones sobre Francia y Bélgica donde fue ganando cada vez más confianza y experiencia. Los pilotos del Escuadrón, a los mandos de Typhoon, realizaban en muchas ocasiones misiones en solitario para atacar objetivos concretos. Este avión era muy maniobrable y tenía una gran capacidad de fuego, convirtiéndolo en ideal para este tipo de misiones. Jean propuso a los mandos que atacarán la sede de la Gestapo de Bruselas. Les dijo que el objetivo era muy fácil de identificar. Sin embargo, los mandos británicos no vieron claro el tema y se limitaron a no contestar su petición.

El 20 de enero de 1943, junto a otro piloto de unidad, recibieron la orden de atacar el tráfico ferroviario en la zona de Ghent, al norte de Bélgica. Sin embargo, Jean no participó en esa misión (dejando que su compañero la hiciera sólo y pensara que lo habían derribado o que se había perdido). En realidad, Jean había llevado su avión a baja cota, hasta casi rozar el suelo durante 25 minutos, con el objetivo de esquivar los radares alemanes. Se dirigía a Bruselas, concretamente a la avenida Louise. En esa avenida, había un edificio de 12 plantas que se había convertido en el cuartel general de la Gestapo en Bélgica. Jean ametralló el edificio y lanzó varios cohetes, toda la munición que debía haber usado contra las locomotoras.

Las consecuencias de su ataque, además de los daños materiales, no están aún claras. Todos parecen coincidir que un alto mando de la Gestapo: un tal Muller, murió en el ataque, pero algunas fuentes dicen que murieron 3 alemanes más, mientras que otras elevan la cifra a treinta. Incluso una fuente dice que en el ataque murió un agente británico y que los alemanes encontraron entre sus ropas los nombres de muchos agentes en el país y que eso motivó que los detuvieran.

Antes de abandonar la zona, Jean abrió la carlinga de su typhoon y arrojó dos banderas a la calle: una de ellas era la bandera de Bélgica y la otra la de Gran Bretaña. Para escapar de allí, remontó casi a ras del suelo unas colinas cercanas a la ciudad internándose finalmente en el mar y escapando así de los antiaéreos alemanes de la ciudad.

Durante algunos instantes, en el aeródromo de Manston, creyeron que lo habían derribado, pero cuando lo vieron aparecer, más tarde, supusieron que algo había pasado. Nadie pensaba en su ataque particular en Bruselas, sino, más bien, que se había perdido al intentar alcanzar su objetivo (no es la primera vez que eso le pasaba a un piloto). Las noticias de su ataque sobre el edificio de la Gestapo no tardaron en llegar a Inglaterra y como consecuencia de ellas, fue degradado oficialmente y transferido al 3er escuadrón. Sin embargo, con esas contradicciones propias del ejército británico, también fue condecorado con la Cruz de Vuelo Distinguida por su valor.

La acción de Jean tuvo varias consecuencias, pero la más importante, fue para el pueblo belga. Al día siguiente del ataque, muchos habitantes de la ciudad se acercaron a ver los impactos de bala en el edificio provocando, sin quererlo, una especie de manifestación. La popularidad del piloto hizo que muchos belgas se atrevieran a escuchar las transmisiones radiofónicas de la BBC. ¿Qué influencia pudo tener esto en el posterior movimiento de resistencia del país? Posiblemente, no fuera mucha, pero para algunos belgas fue el encuentro con los esfuerzos Aliados de liberar su país. Desgraciadamente también, los alemanes tomaron represalias por el ataque y algunos civiles acabaron con sus huesos en las cárceles de la Gestapo.

Jean murió pocos meses después, en agosto de 1943, al aterrizar en el aeropuerto de Manston cuando volvía de una misión sobre Ostent donde el fuego antiaéreo había sido especialmente intenso. Actualmente está enterrado en un cementerio muy cerca del aeropuerto de Manston. Tenía 31 años.

El edificio en la actualidad

El edificio atacado por Jean sigue siendo el cuartel general de la Gestapo hasta la liberación del país. Y el edificio aún puede verse hoy día en la avenida Luis. Una placa y un busto, erigido por club aeronáutico de Bélgica, pueden verse junto a la entrada del número 453 de esa calle.

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