DESDE EL SÓTANO
Nº: 245 . 3ª época. Año III
Japan Weekend de septiembre 2025. Parte 1 Por: Juan Becerril
 

Japan Weekend de septiembre 2025. Parte 1

Aproximadamente cada seis meses toca esta cita en la ciudad de Madrid. La vuelta de las vacaciones de verano, el retorno a la rutina, el nuevo curso escolar y universitario tienen un contrapunto de vicio friki a lo grande en la capital del Reino. 20 y 21 de septiembre han sido las fechas que mucha gente aficionada a la cultura asiática, el cosplay y demás hobbies relacionados se guardó en el calendario.

Como viene siendo habitual, el lugar donde la Japan Weekend toma forma es en IFEMA, punto neurálgico de la Villa de Madrid; debido al acondicionamiento de recinto para la futura carrera de Fórmula 1, las obras del recinto marcaron una diferencia a la hora de la entrada, la salida, validar las entradas y de acreditarse. El tiempo acompañó relativamente, pues con el sol agradable saliendo ambos días, el sábado tuvimos algo de calor, pero el domingo hizo más fresco.

Siendo uno de los eventos más grandes en España de estas características, todo parece a lo grande: pasarelas, concursos, paneles, talleres, actividades, competición internacional de cosplay… Aunque la semana siguiente toca una novedad en nuestro país, concretamente en la ciudad de Málaga. En el momento en que se escriben estas líneas no se ha celebrado, pero está claro que el 2025 traía competencia de la buena en lo referido a evento y fechas frikis clave.

¿Cuál fue el cosplay de la ocasión? Repetí el outfit de la Madrid Otaku, yendo de monje espacial ambos días de una de las sagas más famosas, proveniente de una galaxia muy, muy lejana.

[F]No es por nada, pero el arma luminosa permite hacer grandes fotos.

De nuevo pasó algo parecido a lo que ocurrió en el evento pretérito al verano, y es que gracias a ir de un personaje reconocible, hubo gente que se acercó a pedirme fotos, cosa que normalmente no me ha ocurrido. Además, ya me sabía el truco del almendruco, y les permitía encender el sable de luz. Oye, que no falla, es alegrar el día a la gente; el momento más especial fue cuando un niño pequeño quiso sujetar el sable y lo pudo encender. Ni los padres ni yo dábamos un duro por ello, pero la criatura lo consiguió, y la cara de asombro e ilusión del pequeño aprendiz de cosplayer hizo que dos días largos e intensos merecieran la pena.

Hablando de cosplays y de disfraces, hubo algo que se notó una barbaridad y que antes no tenía pruebas, pero tampoco dudas, y es que los estrenos de videojuegos, películas, series o lo que sea marcan tendencia: los cosplays de los estrenos se multiplican en los eventos posteriores a la inauguración. ¿Por qué digo esto? Porque con el estreno del nuevo videojuego Hollow Knight y de la película de Kimetsu no Yaiba los cosplayers con esos motivos se multiplicaron como los panes y los peces.

Esta revista va de rol, por lo que hablaremos del tema: ¿hubo rol en el evento? ¡Sí hubo! Y más de lo habitual, o al menos más de lo que personalmente esperaría para la cita. Hubo algunos stands que tenían organizadas partidas de rol cortas, y puestos de venta roleros también; de hecho, hubo más que en la anterior edición de febrero (al menos esa fue mi percepción). ¿Vamos conquistando? Nah, qué va, no nos engañemos. Ahora, como diría un cómico famoso en España: ¿Pero y si sí? Soñar es gratis, oye…

Por la parte que me tocaba, y gracias al proyecto Barrio Más Joven, pude hacer una de esas partidas de rol que se pudieron ver en la Japan. En ambos días los visitantes tenían la oportunidad de jugar conmigo como Director de Juego, y el sábado antes de cerrar seis personas disfrutaron conmigo un par de horitas de tirar dados; esa partida fue la primera vez, además, que tuve solo jugadoras mujeres. Algo que me sorprendió gratamente, pues el público esperable de la ambientación de aquella partida es normalmente masculino. Desgraciadamente el domingo no se pudo celebrar la sesión aunque la mesa de juego estaba ya preparada. ¿El motivo? No hubo suficiente gente interesada ese día. Solo se acercaron un par de personas, y como buen Director de Juego, desplegué algo que el presidente de mi asociación pide mucho y con razón: gestión de expectativas. Les dije que esa partida con dos jugadores no luciría mucho, y les recomendé que buscasen otra actividad. ¡Otra vez será!

Aun así, debo decir que fue una de las partidas más duras que he llevado a cabo. El principal problema fue el ruido, sin ninguna duda; puedo garantizar que mi garganta de un día para otro necesitaba mantenimiento severo… Digo más, en el fondo agradecí que mi sesión del domingo se cancelara precisamente por eso. El ruido se juntó con las distracciones que había; al final no estábamos aislados y otras actividades se estaban llevando a cabo por varios flancos. Fue tremendamente complicado mantener la concentración al cien por cien, tanto para las jugadoras como para un servidor. Aun así puse toda la carne en el asador y disfruté la partida y conocí a gente novata que sentía curiosidad por nuestra hermosa afición; ¡Espero que disfrutasen de la sesión!

Nota del redactor: como habréis podido leer en el título, es la parte 1, y normalmente no hay más de un artículo del mismo evento. He intentado replicar artículos anteriores en los que cuento la crónica general e intento buscar una objetividad imposible (soy juez y parte siempre, no puedo ser objetivo). Sin embargo, debo decir que en términos organizativos no ha sido plato de buen gusto para mí. De hecho, si os habéis fijado, no he dado un veredicto de si es un evento recomendado como acostumbro a hacer. La parte 2 será más visceral y contará con pelos y señales mi experiencia personal. Que sé que algunos queréis que llegue la sangre al río, os conozco demasiado bien...

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