DESDE EL SÓTANO
Nº: 238 . 3ª época. Año III
Puente del arzobispo de Toledo Por: Nacho Conesa
 

El Puente del arzobispo de Toledo

Ubicación

El puente del arzobispo de Toledo, y la villa que lleva el mismo nombre, se encuentran sobre el río Tajo, entre la Sierra de Gredos y la de Altamira, a unas 7 leguas al suroeste de Tavera de la reina, dando continuidad a la carretera que une esta localidad toledana con Extremadura.

Descripción

El puente consta de siete arcos semicirculares, apoyados con cimientos de sillería en el lecho del río. El arco central es el más alto, alcanzando los 51 píes desde la clave de este hasta la superficie del agua, discurriendo la mayor parte del caudal del río por debajo de este arco. De esta altura desciende en ambos sentidos hasta llegar a la altura de la carretera. Flanqueando el arco central y uno de los inmediatamente laterales se encuentran dos torres, una cuadrada y la otra romboidal. Al ser una construcción defensiva, las torres cuentan con multitud de aspilleras y la cúspide está almenada, aunque en tiempos de la Guerra de la Independencia se sustituirían estas por un techado convencional. Existe también una escalera interior en cada una de las torres para poder bajar hasta el nivel del agua del río con el objeto de poder abastecerse en caso de asedio. Finalmente, cada torre cuenta con una puerta ojival para controlar el paso por el mismo.

[F]Puente del Arzobispo de Toledo. Fuente: Seminario Pintoresco Nacional, de los fondos digitales de la Biblioteca de la Junta de Castilla y León.

Historia

El puente fue mandado construir en 1383 y 1388 por Pedro Tenorio, arzobispo de Toledo y duque de Estrada. Se dice que el arzobispo tenía un palacete de retiro cerca del río, y que en varias ocasiones vio, desde los balcones de su palacio, a los paisanos naufragar en frágiles barcazas al intentar cruzarlo. Decidido a evitar más tragedias, ordenó construir el puente de su erario, y también fundar una pequeña villa para que diese servicio al mismo.

Durante la Guerra de la Independencia el puente fue escenario de una batalla por el control de mismo, el 8 de agosto de 1809, en la que el ejército español trató, sin éxito, de evitar que el puente cayera en manos francesas. El ejército defensor estaba comandado por José Miguel de la Cueva y la Cerda, duque de Alburquerque, y contaba con una fuerza de 7 escuadrones de caballería, 7 batallones de infantería y 16 piezas de artillería, para un total de 8.000 hombres. En el lado francés estaba el General Jean-de-Die Soult, con dos divisiones de infantería, una brigada completa de caballería y 30 piezas de artillería, para un total de 10.000 hombres. Esta pérdida supuso un importante revés para la campaña de Wellington que hubo de retirase a Portugal.

Como jugarlo

Misión de reconocimiento

Los personajes forman parte de uno de los ejércitos y deben aproximarse al puente para inspeccionar sus características y el estado de la guarnición. Si son franceses será una misión de sigilo, quizá acompañada de algún sabotaje. Si son españoles, podrían encontrarse con cierta resistencia por parte de milicianos bienintencionados, pero con ganas de hacer las cosas a su manera.

Un duro invierno

Los personajes son civiles afincados en la villa de Puente del Arzobispo. El invierno está siendo especialmente duro y la guarnición del puente parece contar con recursos de sobra. Convencer a los soldados de que compartan sus recursos parece ser la única forma de sobrevivir

Entrando por la puerta de atrás

Los personajes son una unidad de zapadores franceses que han oído de la existencia de las puertas de abastecimiento de agua. Mientras la batalla está en lo más crudo, deben acercarse sin ser vistos para intentar tomar y entrar por una de ellas

Día de mercado

En un respiro de los avatares de la guerra, se celebra un día de mercado en Puente del arzobispo, en el que los personajes tienen la misión, ya sea por ser alguaciles, militares o simplemente ciudadanos preocupados, de mantener el orden. Algunos comerciantes instalan sus puestos al abrigo del puente, creando tensión con la guarnición. De repente, se produce un crimen que los personajes deben investigar y del que pronto descubren que nada es lo que parece.

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