La conjura de los necios
Loorden es una pequeña aldea situada en el Bosque de Thoriel, cerca del nacimiento del rio Cargrum en la Cordillera del Pico Blanco. Se trata de una comunidad dedicada a la explotación forestal. Talan árboles y los suelen enviar a sus compradores aprovechándose del cauce del Cargrum, montados en estructuras temporales fabricadas con los propios troncos.
Una vida dura y sencilla. Talar, talar y talar para enviar la madera rio abajo a zonas civilizadas que los compran. Y la gente que se encarga de llevarlos es la misma que con los beneficios se aprovisiona de todos los suministros, y comida, que sea necesario.
Esta vida sencilla se vio sacudida unos atardeceres atrás cuando un grupo de extraños pasaron por la aldea y la saquearon sin ton ni son. Destrozaron algunas casas, quemaron troncos preparados para ser enviados a sus destinos, importunaron en demasía a los habitantes que encontraron en ese momento y, lo peor, les robaron herramientas necesarias para su trabajo en el bosque. Un ataque que más bien parecía una tropelía a nivel máximo de gentuza sin escrúpulos.
Un leñador que llegó justo cuando la cuadrilla asaltante se había ido informó al pequeño consejo que los había visto hacia un buen rato, cuando se debían estar dirigiendo hacia la aldea, desde lejos. No les hizo mucho caso y, llevado por instinto, no se hizo ver. Recuerda que le pareció que algunos de los componentes iban vestidos con ciertos uniformes que le recordaban a alguna facción del ejército del Reino, o quizás de la guardia de la ciudad de Cargrum.
El consejo decide que se debe reunir a un pequeño grupo, la mesa de juego, que debería acercarse a Cargrum y intentar esclarecer si lo visto por el leñador se ajusta a la realidad. Y si así fuera deberían poner en conocimiento de sus superiores sus execrables actos.
Una manera rápida de llegar a la ciudad, con la posibilidad de adelantar al grupo malhechor, sería navegando por el rio.
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