Eric Samoeno de Osterreid
Gôr (1132-1178).
[E]'../../imagenes/225-07b.jpg' '225-07.jpg' 'Mapa del Imperio de Eric I'
[F]Mapa del Imperio de Eric I
El nacimiento de Eric Samoeno de Osterreid habría pasado a la historia de la Tierra Conocida como uno más de la larga casa de Samoeno de no ser por los hechos que acontecieron desde su llegada a este mundo. Algunos historiadores marcan el 11 de Largo de 1132 (nacimiento del Emperador) como el principio del Imperio, pero es esta una exageración producida por la proximidad del propio Eric.
Gôr, el padre de Eric, ha sido olvidado, tal vez injustamente, y eclipsado por los hechos realizados por su hijo. Pero no debemos olvidar, sobre todo si somos historiadores que creemos en la continuidad de los hechos, que fue el padre quién sentó las bases para el nuevo imperio; le dio a Eric la educación necesaria para asumir sus propias decisiones y le dio al imperio y a la familia Samoeno el poder económico para llevar adelante la empresa que les esperaba.
Gôr había conseguido en su relativo corto reinado convertir al imperio de los samoenos en una de las principales potencias mercantiles de la Tierra Conocida. Tan solo el tradicional comercio de las islas Cuivien se oponía a la hegemonía de los samoenos. Muchas personas han querido buscar razones personales en el ataque de la flota a Cuivien, pero el cerco de esta en estío de 1141 solo estuvo fundamentado en los perjuicios económicos que los rivales provocaban. La batalla de Cuivien se saldó con una derrota de los samoenos a pesar de que su ejército era más numeroso, pero las inclemencias del tiempo y el perfecto conocimiento del terreno por parte de los defensores provocaron la derrota. Casi todos los historiadores señalan que atacar en la época de frío fue el mayor error logístico de la campaña. La batalla no acabaría hasta vesperna de 1142. Aquella fue la última derrota del imperio y no ocurriría una nueva hasta 185 años después, aunque no fueron cuestiones militares las que provocaron la retirada de las tropas.
Durante el cerco, Gôr recibiría una flechazo en pierna lo que le debilitó para el resto de su vida (corta ya). Sin embargo, no sería esta herida la que le llevaría a abdicar el 53 de vesperna de 1173. Gôr nunca superó la derrota recibida cuando estaba a punto de lograr convertir su reino en un imperio y su poder económico en un poder real. Poco a poco se fue alejando de las decisiones y se fue mostrando hastiado de la compañía. No ayudaría nada tampoco la sublevación de Utumcar contra la que no se sintió con fuerzas de oponerse.
Gôr de Cargrum abdicaría en su hijo Eric (no ganaría el sobrenombre de Osterreid hasta después), pero el futuro emperador no acepto que se le coronara sin resolver el asunto de Utumcar. Sus palabras fueron:
«Tenemos ante nosotros la responsabilidad de conseguir que el lugar que la historia nos tiene reservado, que la obra comenzada por mi padre, se cumpla ahora. Tenemos deberes que nos llaman; seríamos juzgados como traidores si nos permitiéramos perder el tiempo en tradiciones inútiles…»
Y así partió hacia la isla donde las tropas ya esperaban una decisión desde la capital. Y Utumcar caería el 35 de nova de 1174 y, en contra de lo esperado, Eric hizo firmar al presidente (Utumcar era una república autónoma en aquella época) un acta de adhesión al imperio (más tarde, según el Acuerdo de Cargrum, pasaría a llamarse Primera Acta de Adhesión al Nuevo Imperio). En dicho documento se reconocía la autonomía e independencia de Utumcar en sus asuntos internos, pero, a la vez, se decretaba que todo el comercio de la isla así como todas sus relaciones con el exterior deberían pasar por Cargrum, que se la mencionaba como capital del Imperio. De esta forma, Eric inauguró una nueva forma de conquista en las que los conquistados conservaban gran parte de sus libertades: religiosas, políticas, etc. Menos su economía. Los historiadores más contemporáneos llamaron a esto colonialismo, pero en la época de Eric se llamó Imperio.
Su vuelta a Cargrum fue una fiesta, regresó vitoreado por el pueblo y aunque algunos cortesanos abogaban por que el viejo rey Gôr mantuviera su puesto, aunque el hijo fuera ganando responsabilidades poco a poco, el clamor de Cargrum lo llevó en volandas hasta la coronación. Esta ocurriría en 1174 y muchos historiadores fijan ese año como el principio del Imperio de Eric I Samoeno de Osterreid.
Gôr de Cargrum moriría cuatro años después apaciblemente en sus aposentos. En su lápida, Eric hizo escribir: «Nacido rey, falleció emperador».
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