Amor de revista
Queridas, amadas revistas de rol. Habéis tenido un largo recorrido en el corazón de la afición de nuestro país; lleváis en esta afición desde poco después de su aparición aquí. Unas pocas asomasteis la cabeza en los ochenta del siglo pasado pero en los noventa, oh, qué vergel. Cada editorial fuerte quería tener la suya propia para difundir la afición y sus propios trabajos. Así, crecisteis fuertes más o menos tiempo la Líder (JOC), la Dosdediez (Factoría de Ideas), la Asuntos Internos (Ludotecnia), la Sire (Sombra), la RPG (EDGE), la Nivel 9 (NSR), la Crítico (HT), o las primeras revistas virtuales de Sombra (Kommando, Emtrade y Los Papiros de Materholm) que se convertirían en la Desde el Sótano. Llegaban hasta aquí también flores extranjeras como la Dragón, la Dungeon (con algunas de las mejores mazmorras que he leído jamás) o la White Dwarf.
Algunas estabais más abiertas que otras a incluir material de fuera de la editorial pero los roleros sabíamos como adaptar el sistema que hiciera falta y nos atrevíamos a podar, hibridar o hacer los esquejes que hicieran falta.
Crecíais los fanzines, mi planta favorita, revistas hechas por aficionados o asociaciones sin ánimo de lucro y en formato casero, improvisado, fotocopiadas en Papelería Juaymar o en la reprografía de la facultad, y grapados en casa. Lo que se jugaba en la mesa se traía al fanzine con dibujos de nuestro colega el Parra. Algunas veces, hasta la portada era a color.
[F]Zarzamora o rubus fruticosus, del orden de los rosales
Es verdad que la mayoría erais flores efímeras pero, para mí, las mejores. Cardos, ortigas, escaramujos, malvas, cuernos de ciervo, vivoreras, lisones y moreras que acompañan los caminos. De estas le tengo mucho cariño a la revista Rosa Negra que me presentara mi amigo Mario Grande, de origen asociativo y en la que nació hasta un juego de rol subvencionado con dinero público: Atlantis, que funciona con nuestro Sistema Sombra. Otros lectores tendréis este amor a El Aventurero, Edda, Freerol, Playrol, Walhala, etc.
También hubo fanzines y revistas que aspirasteis a lo profesional, a llegar a dar un beneficio económico para vuestros autores. Yo fui especialmente aficionado a la Troll, que pasó de lo fanzinero a lo profesional, una apuesta en la que no estuvo sola. Sir Roger, Excalibur y algunas otras intentaron llevar progresivamente o desde el principio el concepto de "profesional creado por aficionados" a las tiendas especializadas.
Como en la evolución natural de las especies, las revistas fuisteis diversificando vuestro formato para llegar a más nichos ecológicos. Desde las revistas profesionales y los fanzines fotocopiados habéis pasado por el formato web o blog (Fanzine Rolero, Bastión Rolero), el pdf o epub descargable (Aegis, Aventuras Bizarras, Hijos de Savage) y al formato múltiple, con la misma revista en físico, online y/o digital (Crisis Creativa, Vieja Escuela).
Hoy día hay muchas menos de vosotras porque todo el mundo tiene un parterre y semilleros en casa. Hay una avalancha de plantas únicas nacidas de equipos creativos y autores independientes que comparten sus semillas cual Juanito Manzana.
Las revistas de rol habéis traído a la afición proyectos de periodicidad, esperanza de que seguirás jugando aunque te quedes sin ideas porque el mes que viene saldrá otro número. Habéis aportado también trabajo en equipo y plataformas de lanzamiento para autores de todo tipo. Habéis sido fuentes inmensas de material diverso, vasos comunicantes de lo que la afición estaba haciendo, sedes de juego compartido. A veces creo que los aficionados no hemos apreciado del todo el tesoro que tenemos con vosotras, os hemos metido en un invernadero sin usaros, sin ver la genialidad que surge de poner a trabajar y coordinar a varias personas.
Por eso, y aunque seas un tanto oportunista hacerlo desde una revista precisamente, quería escribir este artículo en un número dedicado al amor, porque sentimos amor por el mismo concepto de revista de, por y para la afición, por los rosales silvestres que sois referencia de juego compartido, generadores de historias y afición, accesibles y siempre en proceso de renacimiento.
Dadle vuestro amor a las revistas, dadles ese RT que necesitan, dádselo a todas, a las que pararon pero siguen colgadas, a las que continuamos, haced que lleguen a todo el mundo porque nunca sabes cuándo ese número que a ti no te interesó del todo llenará una mesa de juego.
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