Ametralladora ligera Madsen

La ametralladora ligera Madsen es para muchos la primera de su tipo, y aunque hay discrepancias en cuanta ello, es sin duda la primera en ser producida en gran cantidad. De hecho fue un éxito comercial para la empresa, que la vendió a 34 países en 12 calibres diferentes.

Sus orígenes se remontan hasta 1883, cuando el capitán de artillería Vilhelm Herman Oluf Madsen y el técnico del Arsenal Danés Rustmester Rasmussen comenzaron a trabajar en un nuevo rifle de carga automática y operado por gas. El primer modelo, terminado en 1886 presentaba varios fallos, por lo que se produjo una revisión, introducida en 1896. No obstante su producción fue muy reducida, de apenas 50 ejemplares aproximadamente, y que fueron empleados por tropas de de fortificaciones costeras danesas.

A pesar de este limitado éxito, varios inversores creen en su futuro y fundan la Compagnie Madsen A/S (más tarde llamada Dansk Rekylriffel Syndikat A/S y posteriormente Dansk Industri Syndikat A/S), adquiriendo las patentes de Madsen y Rasmussen. Como gestor se contrata al teniente Jens Schouboe, y que trabajará en el rifle automático, desembocando sus esfuerzos en la patente de 1901 de la ametralladora ligera Madsen.

La Madsen emplea un mecanismo bastante inusual y sofisticado, combinando recarga por retroceso con un cerrojo abisagrado. Tras el disparo, el retroceso inicial obliga a retroceder al conjunto del cañón, su recámara y el cerrojo hacia atrás. Simultáneamente una palanca obliga al cerrojo a detenerse en mitad del retroceso, quedando abierto en la parte superior mientras que el cañón y la recámara siguen retrocediendo.

Este sistema es complejo y caro de fabricar, y su tasa de fuego reducida. Las primeras unidades empleaban cartuchos de pólvora negra que se encasquillaban a causa de los residuos. Una vez que se cambio el propelente, el mecanismo demostró ser muy fiable, lo que ha sido clave para que haya estado en servicio durante casi 100 años.

Dinamarca adoptaría la ametralladora en 1902, a propuesta de Madsen (firme defensor del papel que podían jugar las ametralladoras ligeras), y que había ascendido a coronel y que ocupaba la cartera de ministro de defensa. Sus esfuerzos no se limitaron únicamente al ejército danés, sino que también se implicó en la promoción en el extranjero, ayudando a que la el arma se convirtiera en un éxito comercial.

[F] Soldado danés entrenando con una Madsen en configuración antiaérea

Uno de sus primeros compradores fue el Imperio Ruso, para sus unidades de caballería durante la guerra ruso-japonesa (1904-1905), adaptadas al cartucho de fusil 7.62 x 54 R. Como Dinamarca era un país neutral, para evitar todo tipo de repercusiones diplomáticas, las armas se entregaron desarmadas bajo la denominación genérica de «ametralladora modelo 1902», siendo ensambladas en la planta de Sestroretsk. Seguirán con esta denominación hasta al menos 1914. Cuando Finlandia se independizó en 1918, algunas de estas armas quedaron en el territorio, por lo que fueron adoptadas por el nuevo ejército finés. Unos años más tarde, comprarán nuevas unidades a Dinamarca hasta que fueron sustituidas en 1926 por una nueva ametralladora ligera de diseño nacional (la Lathi-Saloranta L/S-26).

El periplo de estas unidades rusas y finlandesas no terminaría ahí, ya que Finlandia las vendió a la recién fundada República de Estonia. Tras ser invadidas por la Unión Soviética en 1940, fueron decomisadas por el ejército ruso, que las almacenó. Posteriormente se harían con ellas los partisanos, que las emplearían contra las tropas alemanas.

Además de a Estonia. Finlandia entregaría un lote de sus ametralladoras Madsen a la República Española como ayuda durante la guerra civil, que se unirían a las que había adquirido España durante el periodo de entreguerras.

Además de Rusia, las ametralladoras Madsen fueron rápidamente adquiridas por diversas naciones europeas, como el Imperio Austro-Húngaro, Francia, Gran Bretaña y Suecia. El caso de Gran Bretaña es especial, ya que tras adquirir un lote inicial, la fábrica de armas Rexer comenzó a fabricarlas inicialmente bajo licencia, tanto para el mercado nacional como para la exportación. Pero surgieron diferencias con respecto a los términos de la licencia, y tras varios litigios, la producción británica cesó.

Otro caso de producción sin licencia fue el de la China nacionalista de Chiang Kai-shek. Durante la invasión japonesa adquirieron aproximadamente 3.000 ejemplares, pero ante la gravedad de la situación, decidieron copiarla en sus arsenales. Solo la destrucción de la planta por parte de la aviación japonesa impidió que llegasen a fabricarla. Las unidades supervivientes del lote adquirido inicialmente serían empleadas durante la posterior guerra civil china.

El ejército danés fue actualizando sus ametralladoras Madsen hasta llegar al modelo 1939, todas en calibre 8 mm estándar del ejército, y que estaban en servicio en el momento de la invasión alemana. Estos ejemplares, junto con los capturados la ejército noruego serían empleados posteriormente por Alemania para equipar a unidades de segunda línea. Las tropas de ocupación intentaron continuar con la producción de la Madsen tras capturar la planta de Copenhague, pero la resistencia pasiva de sus trabajadores redujo considerablemente la fiabilidad y la cantidad de las unidades manufacturadas. Tras la guerra, se reanudo la producción hasta mediados de los años 50, aunque la compañía siguió vendiendo sus existencias durante casi una década más.

La mayoría de los usuarios fueron retirando paulatinamente sus Madsen para finales de los años 70, aunque algunos países la siguieron manteniendo en servicio. Portugal la siguió usando durante sus guerras coloniales. Indonesia, que había heredado ejemplares del Ejército holandés de las Indias Orientales, adquirió unidades nuevas a Dinamarca tras su independencia, y la mantuvo en servicio hasta los años 80.

A finales de los años 90 la Madsen continuaba siendo utilizada por la policía militar del estado de Rio de Janeiro, en Brasil, en su lucha contra los narcotraficantes de las favelas. Algunos de sus ejemplares procedían del ejército brasileño (que las habían dado de baja), mientras que otras habían sido incautadas a los criminales (en su mayoría procedentes de Argentina).

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