Rubén Ibarruri
Nació el 9 de enero de 1920 en el pueblo vizcaíno de Somorrostro, hijo de Julián Ruiz y Dolores Ibarruri. Poco después nacerían sus 4 hermanas, tres de ellas mellizas, de las cuales dos murieron al poco de nacer, eran tiempos de miseria.
Con 10 años distribuía panfletos y periódicos subversivos como "El mundo del trabajo", también participaba en huelgas y manifestaciones. Con 14 años participó en el levantamiento de los mineros asturianos. El levantamiento fue duramente reprimido y su familia sufrió las consecuencias, Rubén tuvo que esperar meses hasta que sus padres fueran liberados del presidio. En esos tiempos, en la escuela, volvió a organizar huelgas, en esta ocasión de estudiantes.
En 1935 Rubén y sus hermanas viajaron a la URSS, su madre había sido invitada al XVII congreso del partido comunista, allí conoció a grandes nombres del comunismo y se matriculó en la escuela de pilotos de Stalingrado, aunque nunca llegó a ser piloto.
La guerra había estallado en España y Rubén, con una identidad falsa, regresó a su patria para participar en el conflicto. Tras escribir personalmente al general republicano Juan Modesto Guilloto, fue asignado a un cuerpo de montaña. Durante la batalla del Ebro fue ascendido a cabo y posteriormente a sargento, para terminar como comandante de una unidad de reconocimiento.
Al terminar la guerra fue exiliado a Francia donde estuvo internado en un campo de detención. Sin conocer el idioma escapó y se las arregló para llegar a la embajada soviética, donde expresó su deseo de regresar a la URSS. De nuevo en su patria adoptiva se graduó en una escuela militar y, con la graduación de teniente, tomó el mando del pelotón de ametralladoras de la 175ª compañía de infantería de la 1º División proletaria de Moscú.
Rubén Ibarruri en la Gran Guerra
Su primer encuentro en combate con las tropas nazis se dio al lado de la ciudad de Borisov (Bielorusia) en los primeros días de la guerra en Julio de 1941 , formando parte de la 175ª Compañía de Fusileros, de la 1º División Proletaria de Moscú. Su misión era cubrir la retirada del regimiento. Rubén Ibarruri y sus soldados, a lo largo de seis horas detuvieron el avance nazi y protegieron el puente a lo largo del río Berezina.
Tras perder la última de sus ametralladoras, Rubén Ibarruri, con los soldados de su compañía que seguían con vida, se armaron de granadas y salieron al ataque contra los tanques alemanes. 4 tanques enemigos fueron alcanzados e inutilizados en esta heroica acción, 2 fueron reventados por minas, y los otros dos por disparos de artilleros; un grupo de motoristas, y alrededor de 100 soldados enemigos fueron abatidos. El intento alemán de romper la defensa fracaso, aunque Ibarruri fue herido gravemente y sacado del campo de batalla.
Por la batalla del río Berezina Rubén Ibarruri fue condecorado por el Presidente del Presídium del Soviet Supremo de la URSS, Mijail Ivanovich Kalinin, con la medalla de la Orden de la Bandera Roja, en septiembre de ese mismo año nada más salir del hospital, aceptando la condecoración y sin haberse recuperado de las graves heridas, pidió al Presidente Kalinin ser enviado de nuevo al frente, la propuesta fue denegada por los médicos. Rubén fue enviado a la ciudad Kuibeshev para recuperarse de sus heridas.
Estas forzosas vacaciones son mencionadas en unas notas del Coronel General Alexander Rodimtsev.
El estuvo realmente sufriendo en su inactividad forzada. -"Lo que realmente me perturba, es que he sido forzado a abandonar el frente, desde lo cual tengo un gran deseo de destruir al enemigo", - comento Rubén a su madre. "Estoy muy orgulloso por luchar junto al Ejército Rojo contra los opresores. Estoy seguro que ellos se romperán los dientes aquí.".
El general Rodimtsev conocía a Rubén ya que había participado como asesor en la batalla de Guadalajara, y prometió llevarle con su división, la cual fue enviada a Stalingrado. El Teniente Rubén Ibarruri se incorporaría al frente de Stalingrado en el 100º regimiento de la guardia de la 35ª división de fusileros de la Guardia., donde dirigiría una unidad de ametralladoras.
Este es el extracto de la última conversación que mantuvieron Rubén y Rodimtsev, cuando Rubén se incorporó a su división.
-Señor, ¿es usted?
- ¿Rubén?
Nos abrazamos. Los soldados de Rubén se sorprendieron. Muchos de ellos pensaron que el general estaba agradeciendo al teniente su ayuda. Felicité a Rubén por su condecoración y le pedí que se uniera a la 13ª División.
- Gracias señor -dijo Rubén- Estoy acostumbrado a mi propio destacamento.
Éste no era el mismo joven Rubén que yo conocía. Se había convertido en todo un hombre, aunque su cara parecía cansada y estaba pálida.
- ¿Ha sido un largo camino?, le pregunté.
- Sí, nos hemos trasladado durante 24 horas. Sólo nos quedan 15 o 20 kilómetros.
- ¿Y cómo está tu herida?
- Está bien, -sonrió- aunque las heridas por la muerte de mis amigos me están haciendo sufrir. Enterramos a muchos buenos chicos. El chico más 'viejo' de mi compañía tiene 20 años, pero tienen toda la determinación y están preparados para luchar. -Y empezó a hablar de todas las brutalidades que los fascistas habían cometido. - Quiero luchar, mis manos están ansiosas por matarlos.
- Es un buen deseo, pero no tengas prisa. La guerra no es la misma ahora. Hitler ha concentrado sus mayores fuerzas aquí. Quiere declarar un 'nuevo orden'.
- Un 'nuevo orden', matando mujeres, disparando a niños; ¿qué 'nuevo orden' es ése? ¡No! Es un crimen, una barbaridad planeada y diabólica. Debemos pararlos para siempre.
- Y les pararemos. La verdad y la fuerza están de nuestro lado.
Fue la última vez que el general Rodimtsev y Rubén Ibarruri se encontraron.
En agosto de 1942 Ibarruri mostró una gran valentía participando en numerosas misiones en la vanguardia del combate. El 23 de agosto los alemanes retomaban la ofensiva tratando de alcanzar el norte del Volga. La 35 división de fusileros, y entre ellos la unidad de ametralladoras de Ibarruri fueron enviados a la zona de la estación de Kotluban, tan solo al caer la tarde se tuvo noticia que en esa zona estaban operando fuerzas del 6º ejército de Hitler, el 14º cuerpo de combate. La 35 división se encontró en un infierno de fuego enemigo, infantería y tanques. Durante la noche se repelieron 6 oleadas alemanas y el enemigo sufrió muchas pérdidas de hombres y vehículos.
El 24 de agosto las órdenes fueron defender el flanco derecho de las fuerzas soviéticas en la zona de Vlasovka. Por desgracia los nazis, al intentar evitar al grueso del ejército soviético, consiguieron ganar la espalda al regimiento de Ibarruri, el comandante ruso fue abatido y el comandante de las ametralladoras, Rubén, tomó el mando. Las mermadas fuerzas soviéticas consiguieron aguantar e infligieron grandes daños al ejército alemán, finalmente la infantería alemana consiguió alcanzar las trincheras y se llegó al cuerpo a cuerpo, Ibarruri se defendió con su bayoneta, pero no pudo evitar recibir un tiro a quemarropa en el vientre, cuando cayó al suelo ya se escuchaban los tanques soviéticos, la posición se había mantenido.
El Teniente Rubén Ibarruri fue llevado al hospital, pero nada se pudo hacer para salvarle la vida. El joven Rubén Ruiz Ibarruri, Teniente Mayor de la 35ª División de Rifles de la Guardia del Ejército Rojo, falleció el día 2 de Septiembre de 1942 a los 22 años de edad.
Por el heroísmo mostrado en combate ante las fuerzas fascistas, ante su ejemplo, su gran vigor, decisión, y liderazgo se le concedió a título póstumo la mayor condecoración del Ejército Rojo, la medalla al Héroe de la Unión Soviética y la Orden de Lenin.
Está enterrado en Stalingrado en el monumento a los caídos ubicado en Mamaev Kurgan, y tiene un monumento dedicado en su honor en la sección llamada "los héroes caídos".
En Ucrania su nombre está grabado en un monumento situado en el Centro Internacional de la Infancia "Artek", antiguo campo de exploradores (Young Pioneer Camp), situado en Crimea.
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