Árbol de la alegría
El árbol de la alegría es una visión corriente en la región meridional de la Península de Entrovia. Pese a su engañoso aspecto reseco, sus raíces se extienden muy lejos del tronco, cuyo interior contiene una refrescante savia azucarada. Muchos animales han aprendido a succionar este néctar a través de los orificios de la corteza (que a veces rezuma por el tronco), ya sea con su pico o introduciendo su lengua en forma de tubo. Sin embargo, quienes consumen este zumo deben ser cuidadosos puesto que beber demasiado puede resultar peligroso: se trata de un potente alcohol fermentado de forma natural capaz de emborrachar a un hombre adulto con apenas unos tragos.
Algunos depredadores, como los leones lanosos, han aprendido a aprovecharse de esta circunstancia y buscan presas en los bosquecillos de árboles de la alegría, del mismo modo que si se tratase de un abrevadero. Las presas embriagadas son presa fácil para este depredador solitario. Por el mismo motivo, algunas aves carroñeras, como el ojomuerto, anidan entre sus ramas en una relación simbiótica. La comida siempre abunda en las inmediaciones del árbol y los excrementos de estos pájaros sirven como abono para éste.
Algunas de las tribus mendwan de Entrovia construyen sus poblados en torno a los árboles de la alegría. El consumo ritual de su jugo forma parte de numerosas ceremonias puesto que se cree que aumenta la capacidad de percibir el mundo de los espíritus. También es frecuentemente usado como anestésico en las primitivas operaciones de cirugía elemental que practican algunos curanderos.
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