Editorial
Este mes nos hemos visto rodeados de virus y hemos podido comprobar que son muchísimo más terribles que los verrianos, con ellos no se puede negociar. Por suerte hemos vacunado todas las páginas de la revista y no hay peligro de que ocurra una epidemia, aunque un buen antivirus nunca está de más.
Quiero dar las gracias a esos colaboradores que han hecho horas extras para ayudar a los caídos en el frente catarro-gripal, sin ellos no hubiera sido posible sacar la revista ni un poquito más tarde. Y pedir disculpas a todos por dar muchas pistas en este número de los futuros e inminentes lanzamientos.
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