DESDE EL SÓTANO
Nº: 245 . 3ª época. Año III
Editorial Por: Juan Carlos Herreros Lucas
 

Estos días, un editor que conozco ha retirado de la venta una de las novedades que iba a sacar (no preguntéis porque no diré cuál). El motivo es que tenían un defecto de impresión y la imprenta ha reconocido el error y ha decidido corregirlo. El error no era importante, no afectaba al contenido del libro, ni a la legibilidad, ni al uso práctico que pudieras hacer del libro. Era estético y no muy grave. ¿Ha hecho lo correcto?

Hace unas semanas, nosotros tuvimos un caso parecido aunque era más evidente (estaba en la portada) y aunque estábamos abiertos a negociarlo, no hubo posibilidad y la imprenta lo repitió. ¿Hicimos lo correcto?

Llevo días preguntándome si hicimos lo correcto y mi compañero de profesión me comentó: "sí, como editoriales queremos que nuestros libros lleguen perfectos a las tiendas". Y sí, lleva razón. En nuestro mercado del rol se espera que el libro esté inmaculado cuando llega a la tienda y una tara es motivo, con razón, para no comprarlo.

Sin embargo, como compradores, ¿somos conscientes de los sacrificios que supone ese nivel de exigencia del mercado? ¿Cuánto papel se tira a la basura en cada repetición? ¿Cuántos libros no se distribuyen porque se han dañado en el almacén al sacarlo o al guardarlo de las cajas? ¿Cuántos libros se devuelven por una esquina golpeada en el transporte? Ya no es solo el papel, sino la gasolina de los transportes repetidos, la duplicidad de embalajes desechados, el exceso de protección consumido. ¿Somos conscientes de lo poco ecológicos que somos en estas ocasiones?

En cierta ocasión comenté esto mismo en mi cuenta personal de Facebook y un poco más y me expulsan. Sin embargo, cada día estoy más convencido de que si nos preocupa el futuro, deberíamos valorar más el contenido y no el continente, a todos los niveles, no solo en los fallos.

#yojuegoarol

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