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viernes, 19 de abril de 2024


 

FRAGMENTOS DEL OLVIDO

Capítulo XI

Tras la visita de Kall todo había parecido volver a la normalidad en la cueva... todo lo normal que un sitio así puede parecer. Naest volvía a recuperar el calor en el interior de su cuerpo, y el frío de las montañas nevadas con su eterna ventisca parecía quedarse de nuevo fuera de este sagrado lugar. Los espíritus volvían a favorecerle, y eso le llenaba de alegría.

«Me alegro que estés contento, mendwan. No tardaremos demasiado en terminar tu educación, nos estamos demorando innecesariamente.»

Aunque las palabras del guardián fuesen duras, el tono con el que entraban directamente en la cabeza de Naest era casi paternal.

- Si... estoy mejor. Me hubiera encantado conocer a Kall cuando aún estaba entre nosotros, seguro que era un individuo admirable.

«Era mucho más que eso, Naest. Todos los que moramos aquí pensamos que es sin duda el mejor de todos nosotros, y en muchas ocasiones ha sido la luz que nos ha guiado en tiempos oscuros. Aunque no muchos de vosotros llegáis a verlo.»

- ¿Qué les pasó a los que vinieron antes de mí para que no pudieran llegar a ver a Kall?

En su mente se oyó un suspiro entrecortado. ¿Quizá el guardián había hablado demasiado? Sea como sea no parecía estar asustado en absoluto.

«Muchos no poseían tu voluntad de espíritu, Naest. Nosotros creíamos que eran los adecuados para preservar el conocimiento antiguo, pero nos hemos equivocado constantemente. De hecho, algunos de ellos terminan justo en el lado equivocado. Naest, ¿Uormo te habló alguna vez de Ates?»

¿Uormo? ¿Qué tenía que ver él en todo esto?

- No... nunca me habló de alguien así, creo... ¡Espera, si! Era un brujo que Uormo derrotó cuando aún era un aprendiz de chamán. Me decía que en algún momento yo tendría que enfrentarme a algo parecido...

Una oleada de tristeza y nostalgia recorrió el pecho de Naest que, por primera vez desde que estaba aquí, recordando a aquel que siempre consideró su padre, echaba realmente de menos su hogar.

«Ates era un buen seguidor de los espíritus, un chamán competente y leal a la Taga. Nada más alcanzar el Segundo Círculo sintió nuestra llamada y acudió raudo a nosotros, y se sentó en el mismo lugar donde ahora estás sentado tú. Estuvo con nosotros bastantes lunas, e hizo ademán de comprender perfectamente las enseñanzas de los primeros ancestros, pero de repente negó todo lo que aquí había aprendido y huyó de la caverna, lo cual nos parecía imposible. Pero todo aquel que entra aquí mantiene un lazo espiritual indivisible con nosotros, así que pudimos seguirle la pista, al igual que hemos hecho con muchos de los candidatos. Descubrimos que tu maestro Uormo tuvo que acabar con su vida debido a que el Wukran se había extendido tanto en él que estaba a punto de convertirse en una criatura fuera de nuestro entendimiento, un receptáculo de caos puro. De ser chamán pasó a convertirse en uno de los brujos, y de los más poderosos.»

Naest intentó tragar saliva, pero descubrió halló su garganta completamente seca. ¿Ese era su destino, volverse loco y abrazar al Wukran?

«Es cierto que muchos de los que llegan hasta aquí terminan volviéndose locos y renegando de la Taga, pero también ha habido grandes chamanes que han visitado nuestro hogar en algún momento de sus vidas. No creemos que tú, Naest, seas uno de los caídos en desgracia, así que nada debes temer de nosotros. Al fin y al cabo, sabías perfectamente que esto no iba a ser nada sencillo, ¿verdad?»

Naest musitó un quedo "No, y tanto que no lo iba a ser...", pero el guardián no pareció percibirlo.

- Claro que lo sabía, pero comprenderéis que esto sea muy difícil de asimilar por alguien como yo.

«Tienes las aptitudes adecuadas, Naest, aunque te falta enfocar tus sentidos y concentrarlos en tu determinación. Has de comprender que muchos son los peligros que han acechado a los habitantes de Pangea desde siempre, y no todos provienen de los animales y la vegetación. Muchos mueren por causa del Wukran, y muchos de los valerosos habitantes de todas las razas son atraídos o poseídos por la corrupción del Espíritu Oscuro. Es por eso que, tras la Guerra de Razas, determinados pueblos se aislaron voluntariamente del resto.»

- ¿Es cierto eso? Lo había oído, pero no podía creerlo. De los dwaldur podría llegar a entenderlo puesto que siempre han sido demasiado reservados, pero ¿los tikki?

«Y los dwandir también, no lo olvides. Estas fueron las razas que más sufrieron durante la Guerra, y las que perdieron más miembros por la amenaza del Wukran. No te olvides de que el primer Brujo fue un tikki, y del Clan Rocafuerte.»

Naest cambió la expresión de su cara por una mueca de asombro.

- ¿Qué no los olvide? ¡Si nunca he oído hablar de ese clan!

«Es cierto, tu pueblo no tiene demasiada relación con los dwaldur, y ellos no hablan de tema. El clan Rocafuerte fue el primero en caer ante la silenciosa avalancha del ejercito de drak, h’sar y ogros... pero lo hizo sin presentar batalla, puesto que el Wukran se adelantó a las hordas reptilianas y emponzoñó las almas de los seguidores de ese clan. Se dice que uno de los Avatares Oscuros se dedicó a propagar la corrupción del Espíritu Oscuro por los territorios dwaldur y dwandir, aunque también se cuenta que dicho Avatar fue derrotado por un grupo de valientes héroes en la frontera del Río Púrpura, entrando en los territorios de los mendwan. Aunque todo eso forma parte de las leyendas incluso para nosotros, puesto que no hemos conseguido ningún testigo de aquellos hechos...»

Naest se sorprendió considerablemente. ¿Qué sería lo que podría impedirles reclamar un espíritu determinado? Así que incluso los habitantes de la caverna tenían limitaciones... Interesante.

«No obstante, eso ya no tiene nada que ver. La única lección que has de extraer de nuestra charla es que cuando una raza sufre intenta defenderse de todo y de todos por sí misma, y ese será siempre su mayor error, pues cuando estamos solos es cuando más vulnerables somos. Recientemente, con la formación de los grakin, los miembros de las razas aisladas han vuelto a la luz. Pero no tanto por seguridad, sino porque incluso en su aislamiento todos han sufrido los efectos de los Kiva y los Morkiva. Por mucho que alguien se esconda en Pangea, nunca podrá ocultarse de los espíritus de la Taga y del Wukran, por mucho que lo intente. Recuerda eso, puesto que has de saber que todas tus acciones son supervisadas por entidades que por ahora no te conviene conocer.

Eso te obligará a realizar otra peregrinación hasta aquí dentro de mucho tiempo, pero estoy seguro que cuando vuelvas comprenderás todo de una forma mucho más certera.»

EN TERMINOS DE JUEGO

Ya estamos llegando a las últimas partes de la cronología, la que nos hablará del presente (y también del futuro, ¿por qué no?) de Pangea. Si os gusta este juego permaneced atentos a esos últimos capítulos porque seguramente tendrán una gran relevancia en la línea oficial de suplementos; eso no significa que lo visto hasta ahora no lo tenga, claro, pero en los últimos compases lo notaréis mucho más.

CRONOLOGIA PRIMORDIAL DE PANGEA

    Creación de Pangea a manos del Gran Espíritu
    El Gran Espíritu crea a sus Trece Avatares
    Creación de todos los elementos y las razas por parte de los Avatares
    Reunión de los Avatares y los Primeros Nacidos
    Expulsión de los Ogros y exilio del Décimo Avatar, Chroun
    Ubicación de las Doce Razas Primeras por la superficie de Pangea
    Creación de los Segundos Nacidos
    Expansión de las Primeras Razas
    Comienzo de la Larga Noche
    Aparición del Wukran
    Cobijo de las Criaturas Puras bajo el Manto Protector del Gran Espíritu
    Nacimiento de los Primeros Kiva
    Resurgimiento de las Primeras Razas del Cobijo del Gran Espíritu
    Repoblación de Pangea
    Descubrimiento del Fuego, y de Como Controlarlo
    El Oscuro imbuye los malos sentimientos a las Primeras Razas
    El Gran Espíritu y el Espíritu Oscuro comienzan su eterna lucha
    Las Razas Reptilianas se alzan en armas contra las demás
    Ataque de los pueblos reptiles a los Dwandir y los Tikki
    Ataque de los pueblos reptiles a los Dwaldur
    La Tribu de los Guardianes de la Gran Montaña aprende a forjar el hierro
    Aparece el primer brujo, Dir-Veshan, y es rápidamente asesinado
    El combinado de dwandir, dwaldur, tikki y gigantes vencen a la impía alianza de h'sar, draks y ogros. Fin de la Guerra de Razas
    Se extiende la corrupción entre los chamanes. Curiosamente, muchos de los corruptos parten de la Cueva de lo Vivido
    Las razas dwaldur, dwandir y tikki se aíslan del mundo exterior, temerosas por la recién finalizada Guerra de Razas

 

 

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Cita

«Italia es la barriga blanda del caimán aleman.»

Churchill