Capital: No existe
Población: 235.672 (95% elfos, 2% humanos, 2% enanos, 1% otros)
Gobierno: Secreto
Religiones: No existe ninguna religión oficial, aunque si existe un culto en torno
a la figura del Saralien, el fundador de los Portadores de la Ley.
Importaciones: Minerales y objetos de lujo.
Exportaciones: Alimentos, madera e industria textil.
El Estado de los Altos Elfos es un claro ejemplo de cómo una raza caótica puede
llegar a formar un estado civilizado con un alto grado de complejidad. Ellos aseguran ser
el primer estado elfo y el que más simboliza los valores de libertina arrogancia que
caracterizan a esta raza.
El Estado de los Altos Elfos lleva siglos gobernándose como lo hace y nada parece que
vaya a cambiar esta tendencia.
Vida y sociedad
El Estado de los Altos Elfos resultará sumamente paradójico para el
visitante. Nadie custodia sus fronteras, pero a poco de ser atravesadas algún caminante
preguntará la intención de la visita. Esta pregunta se repetirá constantemente a lo
largo del viaje, generalmente acompañada de una advertencia de que no se es bienvenido.
Sin duda el viajero se sorprenderá gratamente al ver lo cuidado de sus calzadas y
puentes. Su sorpresa irá en aumento si, al preguntar a las numerosas cuadrillas de
albañiles que mantienen estas obras, obtenga por simple respuesta que ya iba
haciendo falta arreglarlas, sin que los intentos por saber quién es el dirigente
que ha ordenado el trabajo tengan ningún fruto.
Al llegar a la ciudad su mente no será capaz de asimilar lo que allí
vea. Nadie custodia las puertas, nadie vigila los mercados, nadie defiende la ciudad. Sin
duda algún honrado ciudadano le informará de donde depositar el pago de los impuestos
por las transacciones comerciales que allí haga. La mayoría de los extranjeros no pueden
resistir la tentación y robarán quizá una manzana, quizá una bolsa de algún
ciudadano. Si tiene la mala suerte de ser visto toda la ciudad se le echará encima para
ajusticiarle en la plaza de la ciudad. Si consigue huir sin ser visto es muy posible que,
cuando se esconda en un callejón para examinar su botín, una oscura sombra acabe con su
vida. Y es que la pena para cualquier delito cometido por un no-elfo es la muerte.
En el reino de los Altos Elfos no existe la autoridad visible. Existe
un Rey, pero su función es más bien diplomática que gobernadora. Los Pregoneros de la
Ley, una clase especial de bardos, se encargan de dar a conocer la ley a todos los
ciudadanos del reino. Cuando un ciudadano tiene una duda sobre algún aspecto legal le
pregunta a un Pregonero y este le da la respuesta adecuada. Los Pregoneros no se preocupan
de hacer cumplir la ley, tan solo la dan a conocer a sus semejantes. Cada elfo del reino
debe preocuparse de cumplir la ley a rajatabla. Y si alguien la incumple, están Ellos.
Nadie habla del asunto, pero de tanto en tanto aparece un cuerpo colgado, un ladrón con
la mano amputada o una importante cantidad de dinero sustraída de la caja fuerte de un
comerciante corrupto. La mayor parte de las veces el castigado, sabiéndose culpable,
mantiene el castigo en secreto. Cuando el castigo es demasiado evidente la gente se limita
a encogerse de hombros y no hablar más del asunto. A Ellos no les gusta que se chismorree
sobre la aplicación de la Ley.
Evidentemente existen organizaciones, pero a nivel privado. Un banquero
puede tener varios empleados, una ciudad unos administradores elegidos entre los más
influyentes habitantes, una banda de mercenarios un capitán. Mientras se mantengan dentro
de la Ley nada deben temer. Pero como sus sueldos sean muy bajos, sus impuestos
prohibitivos o hieran a algún inocente, entonces Ellos se encargarán de que el peso de
la Ley caiga sobre los infractores. De hecho la gente suele evitar acumular demasiada
influencia; el poder corrompe y algún día intentarán salirse con la suya y cometerán
un delito y Ellos nunca dejan un crimen sin castigo.
Organizaciones Principales
Pregoneros de la Ley: La organización más importante que existe
abiertamente, está constituida únicamente por bardos. Saralien, su fundador, diseño una
serie de conjuros que permiten a los Portadores conocer inmediatamente cuál es la
aplicación de la Ley en un caso en concreto. Dejó por escrito los preceptos básicos de
la Ley que el Culto de Saralien enseña a todos los elfos, pero para la resolución de los
casos concretos de la vida cotidiana fundó la orden de los Pregoneros. Curiosamente la
Ley parece adaptarse bastante bien a las nuevas circunstancias y algunos Portadores creen
que Ellos se encargan de actualizarla de alguna manera cada cierto tiempo. Naturalmente
tienen el buen juicio de callarse sus conjeturas.
Culto de Saralien: Siempre paralelo a la actuación de los
Pregoneros, la misión de los adeptos y clérigos del Culto es honrar a la figura de
Saralien, oficiar los ritos de nacimiento, madurez, matrimonio y funerales de los
feligreses así como enseñar los preceptos básicos de la Ley de Saralien a lo largo y
ancho del Estado. Suelen mirar con envidia a los Pregoneros, ya que a fin de cuentas ellos
son los auténticos transmisores del legado de Saralien, pero por temor a Ellos rehuyen
cualquier enfrentamiento.
Ellos: Los gobernantes del Estado. Cuando un Pregonero o un
clérigo de Saralien alcanza un gran poder se le ofrece unirse a Ellos. Esta organización
también se dedica a entrenar a los niños que dan muestra de las capacidades necesarias
para ser hechiceros y acabar con cualquier mago que entre en sus dominios. Han tejido una
poderosa red de hechizos que les permite vigilar por el cumplimiento de la Ley. Esta red
no es infalible, pero la paranoia reinante entre los habitantes del Estado evita la mayor
parte de los delitos. Esa es la razón por la que los visitantes sean tan mal recibidos,
ya que no tiene el condicionamiento cultural bajo el que se asienta la nación.
Lanceros del Estado: De buscar un ejército entre los Altos
Elfos esta organización sería la que mejor respondería a esa descripción. La Ley
específica que un porcentaje de la población debe dedicarse a la defensa de la Nación.
Aquellos que se sienten con fuerza para ello toman las armas y forman guarniciones. Suelen
asentarse en los poblados y, mantenidos por la comunidad, se dedican a ejercitarse, a
entrenar a la milicia y a disolver las posibles incursiones de sus enemigos. Todas tienen
un clérigo o un adepto de Saralien que, mediante juiciosos consejos, coordina sus
patrullas. Casi siempre que alguna fuerza amenaza al Estado casualmente hay una patrulla
que se encuentra en las cercanías.
Principales Accidentes Geográficos
Valle Mirlion: La principal fuente de riqueza del Estado Alto Elfo.
Limitado por las colinas Larjen por Poniente y por las Montañas Filion por NorLevante,
el valle es cruzado por el río Tarlion. Las crecidas de este último permiten una fértil
agricultura de irrigación que produce numerosos excedentes, mientras que en las suaves
pendientes de las estribaciones montañosas son ideales para el pastoreo. Las dos ciudades
más importantes del estado, Saralienlis y Mirionlis, se encuentran a la ribera del
Tarlion, esta última en su desembocadura en el Vacio.
Bosque Alfengis: También conocido como Bosque del Nacimiento
existe una antigua leyenda que lo señala como lugar de origen de la raza elfa. De
cualquier manera es un bosque denso y traicionero, en el que los altos elfos no se
aventuran a más de una jornada de camino. Se rumorea que en su interior viven tribus
enteras de elfos salvajes y en más de una ocasión algún viajero a dado fe de estos
rumores. Nadie se atreve siquiera a imaginar que misterios ocultará el corazón de este
bosque. Los valientes que se asientan en sus lindes ven recompensada su osadía con madera
de muy alta calidad y una caza abundante.
Lugares importantes
Saralienlis: Asentada en el valle de Mirlion la leyenda ubica el
nacimiento de Saralien en este lugar. Con casi 100.000 habitantes es la urbe más populosa
del Estado Alto Elfo. Existe una guarnición de Lanceros de forma permanente y es un claro
exponente de la forma de gobernarse de los Altos Elfos. Las calles son desordenadas, las
construcciones, aunque de bellas líneas, no guardan mucha armonía con sus vecinas. El
resultado es una ciudad de una belleza casi onírica. Su gobernador, elegido por los más
influyentes burgueses de la ciudad, es un individuo cauto que ha sabido cumplir la
voluntad de Ellos sin incidentes.
Mirionis: Hermana y hasta cierto punto rival de Saralienlis, a
pesar de tener menos habitantes consigue acumular mayor riqueza. Prácticamente es el
único puerto comercial de Estado Alto Elfo y sus habitantes han sabido aprovecharse de
ello, siempre respetando, claro está, la Ley. Su actual gobernadora, Gahira, es una mujer
enérgica que ha sabido conseguir el puesto gracias a sus dotes diplomáticas. Sus
maniobras rozan cada vez más el borde de la Ley y todo el mundo está esperando que
algún día Ellos pasen a cobrarle factura.
Historia de la región
Los primeros registros del Estado de los Altos Elfos comienzan en
una época oscura en la que el país estaba dividido en clanes guerreros que se dedicaban
a prácticas místicas y supersticiosas. El pueblo llano estaba indefenso ante los
desmanes de sus gobernantes y los enemigos de la raza elfa, que cada vez hostigaban más a
los elfos expulsándolos de sus tierras ancestrales, pero un día un influyente bardo,
llamado Saralien promulgó la Ley y la difundió por toda la región. La perfecta equidad
de dicha Ley propició que el pueblo la acogiese y depusiese a sus enloquecidos
gobernantes. Para vigilar por el perfecto conocimiento de la Ley Saralien fundó la orden
de los Pregoneros.
Una vez reorganizado el país se comenzó la batalla para recuperar los
territorios perdidos. Se consiguió expulsar a casi todos los orcos. Sin embargo la guerra
con los enanos fue más encarnizada y los elfos aún no han conseguido recuperar todas las
tierras que consideran suyas por derecho. Esta guerra dura ya siglos,
habiéndose convertido en un estado perpetuo de tensión fronteriza, con incursiones
esporádicas de ambas razas en el territorio del otro.
Curiosamente no existió batalla alguna cuando Eric I Samoeno de
Osterreid atacó el Estado Alto Elfo. Un buen día los ejércitos de Eric I llegarón al
Mirionis, desembarcaron y se asentaron en la ciudad. Como no promulgaron nuevas leyes ni
establecieron gobernadores de ningún tipo la vida siguió como si nada. Seguro que Ellos
habían llegado a algún trato con el invasor.
Por el contrario la reacción ante la invasión del Emperador fue
completamente diferente. Unos días antes de la llegada del ejército enemigo los Lanceros
comenzaron a reclutar tropas con celeridad. Siguiendo su consejo se construyeron
fortalezas y máquinas de guerra. De hecho durante esta crisis los Lanceros llegaron a
nombrar un Alto Mariscal de campo que sumió el Estado Alto Elfo en un régimen militar.
Fue este Alto Mariscal quien negoció la alianza con los enanos, sus antiguos enemigos.
Actualmente el Alto Mariscal ha abandonado por propio deseo su cargo, a pesar de que sigue
manteniendo relaciones diplomáticas con los enanos, sobre todo con el príncipe Grekah.
Tramas y rumores
El asesino de la Máscara: Una serie de brutales asesinatos se
están cometiendo en Saralienlis. La brutalidad de los mismos y la aparente inocencia de
las víctimas hacen pensar que no son Ellos quienes están detrás de esto. Algunos
testigos aseguran haber visto una figura enlutada que porta una sonriente máscara blanca.
La situación se tensa por momentos y ya empieza a haber conversaciones en voz baja
preguntándose porque Ellos no hacen nada. Incluso un cuerpo de Lanceros empieza a
patrullar por las noches para tranquilizar al pueblo. Como siempre se sospecha de que el
culpable es algún extranjero.
El cerco se estrecha: Gahira, la gobernadora de Mirionis acaba
de despedir a todos sus hombres de confianza. El vulgo rumorea que ha descubierto algún
espía de Ellos y no desea que estos se enteren de sus intrigas. Por lo visto busca gente
capaz, a ser posible extranjera, que le sirva para sustituir a sus antiguos empleados.
Personajes
Gahira (aristócrata 2/pícara 5) Esta enérgica mujer de una
respetada familia alcanzó el puesto de gobernadora de Mirionis sin demasiados problemas.
El puesto de gobernador de esta ciudad ha sido siempre problemático dada la influencia
extranjera que sufre este puerto comercial. Su primera decisión fue la más polémica,
alejar de su presencia al Pregonero tradicionalmente asignado a su puesto. Desde entonces
todas sus decisiones han sido al borde de la Ley. Realmente está harta del gobierno
oscurantista de Ellos y desea para su ciudad algo mejor, al estilo de Cuivien. No tiene un
plan elaborado, simplemente va tirando hacia delante hasta que Ellos se atrevan a pararle
los pies.
Lorylel (bardo 8/clérigo 2) El más conocido Pregonero del
Estado. Hace un par de años decidió dedicarse en cuerpo y alma a la transmisión de la
Ley y desde entones vaga de aquí a allá. Tiene un carácter variable, alternando estados
de alegría casi histérica a momentos de seriedad más adusta. Muchos creen que de hecho
es uno de Ellos, pero los pocos que se atreven a preguntárselo reciben siempre las más
mordaces burlas.
Nota: Debido a que en Estado Alto Elfo no se admite la magia, la clase de raza
para los altos elfos es bardo, sin que necesariamente tenga que ser un Pregonero. |