Para comprender la Guerra de los Portales hay que
imaginar un mundo muy diferente a la Eriloe actual, tan diferente que cualquier eriolita
aseguraría que estáis mintiendo; sin embargo, hay muchas pruebas de que ese mundo
existió. Yo mismo vivo en una torre que fue construida en aquella época y que aún
conserva una fracción de lo que fue antaño. Imaginad un mundo en el que muchos seres
vivos fueran fuentes de inconmensurable poder, que cualquiera de ellos pudiera alzar sus
manos y abrasarte en una llamarada de calor o asaetear tu cuerpo con proyectiles de luz
intangible; imaginad un mundo donde los hombres santos podían con sus rezos curar a los
moribundos o alzar de sus tumbas ejércitos de muertos animados. Así era Eriloe en una
época de la que todos prefieren no acordarse.
Realmente no puedo contar como empezó todo, pero sí puedo
imaginármelo. Estos seres poderosos se darían cuenta, poco a poco, que su verdadero
poder no estaba en lanzar llamaradas de fuego con sus manos sino en la que gente estaba
dispuesta a hacer para que no se las lanzaran o para que se las lanzaran a otros. Los
hombres pudientes y los gobernantes se esforzarían en granjearse la amistad y la lealtad
de estos individuos, pero más tarde o más temprano acabarían por darse cuenta que no
existía ningún motivo para esa subordinación. ¿Con qué dinero podrías pagar a una
persona capaz de aparecerse en medio de tu cámara del tesoro? ¿Qué lealtad podría
tener una persona capaz de matarte chasqueando los dedos? La evolución debió ser lenta,
pero, poco a poco, estos seres dotados de poder fueron incorporándose a la clase alta, a
la clase dirigente de Eriloe. Y no fue una incorporación sencilla ya que en muchos casos
supuso el desplazamiento de los verdaderos gobernantes, a veces dinastías con miles de
años de antigüedad.
Así, en cada ciudad en cada pueblo se instaló un mago o un clérigo
de gran poder. A veces se hacía acompañar de otros magos o clérigos que ansiaban
aprender su poder y a los que generalmente terminaban por expulsar o exterminar. Casi
siempre, el temor o la ignorancia de estos gobernantes, conllevaba sistemas de gobiernos
brutales, dictatoriales, donde el pueblo era medio esclavizado para mantener el poder de
su gobernante. Se dice que algunos sacrificaban seres vivos y se alimentaban de su esencia
para seguir viviendo eternamente. Porque la mayor aberración de aquella época era la de
unos poco poderosos que preferían morir para alzarse de su tumba eternos y más
poderosos. Y aunque no os lo creáis, yo tuve la oportunidad de conocer a uno de ellos y
es cierto, son eternos y poderosos.
No todos los conjuradores se comportaron de esta forma, sólo un
pequeño número, el suficiente para dominar casi toda la superficie habitada de Eriloe.
Otros, creo entender por algunos de los escritos a los que he tenido acceso, prefirieron
retirarse del mundo y desaparecer (avergonzados, me temo, por lo que hacían sus colegas
de profesión) y unos terceros, también pocos, se dedicaron a enfrentarse con los
primeros. Nacieron así los primeros enfrentamientos mágicos en gran escala y hay quien
asegura que la actual disposición de los continentes eriolitas (antes eran unas sola masa
continental) es fruto de las consecuencias de estos combate.
Aquello fue la primera guerra mágica, el primer enfrentamiento entre
seres de gran poder. Magos, hechiceros, druidas, clérigos y demás conjuradores
recorrían Eriloe acompañados de heroicos guerreros, exploradores, bárbaros y demás
aventureros y se enfrentaban a aquellos que ostentaban y abusaban de su poder. Para mi
sería fácil autoengañarme y creer que estos grupos de héroes buscaban la justicia y
acabar con el sufrimiento y el abuso del poder. Sin embargo, me temo, que la mayoría de
ellos trabajaban a las órdenes, aún sin saberlo, de algún otro gobernante déspota de
otro lugar que quería librarse de algún enemigo sin intervenir directamente. También es
posible que estos grupos fueran una forma de selección natural y que una vez derrocado el
dictador, ellos ocupaban su lugar.
La guerra redujo el nivel de magos, pero no el poder y menos las
protecciones que ideaban para defenderse. Así, creo, como una especie de escalada de
armamentos, nacieron los Portales. Los magos ya hacían portales antes de esto, eran
capaces de dibujar una puerta en un muro y convertirla en un pasaje que llevara a miles de
kilómetros. Sin embargo, los Portales no llevaban a otro punto de Eriloe, sino a un sitio
diferente, un sitio de gran poder. Hay quien dice que los Portales eran unos caminos de
comunicación con los propios dioses, pero eso bien puede ser una superstición. Mi
experiencia, una vez estuve frente a uno casi extinto es que eran una fuente de magia
pura. También hay quien dice que los Portales no se creaban, sino que se encontraban. Es
decir, los Portales eran naturales, propios de Eriloe, y los magos poderosos simplemente
descubrieron como localizarlos, convocarlos y controlarlos.
En realidad, la aparición de los Portales fue la última escalada
bélico-mágica de esa turbulenta época. Hay quien dice que sólo hubo 12 portales, pero
otros aseguran que su número era de 20, pero que 8 no estaban sobre la superficie de
Eriloe. Sea como fuere, el caso es que su número era bastante limitado, lo que marcó las
diferencias e hizo nacer poderosas naciones en torno a estas fuentes de poder. Controlar
un Portal era controlar una gran fuente de poder con la que subyugar y amenazar a los que
te rodeaban, incluyendo otros magos. Los dueños de los Portales temían que otros
intentaran robárselos, pero lo que más temían era que cualquiera de los otros dueños
pudiera lograr el control sobre más de un Portal. Así, las alianzas y las traiciones
entre estos seres estuvieron a la orden del día y las guerras y enfrentamientos fueron
continuos.
¿Cuánto tiempo duró aquello? En realidad no mucho. Al final, la
tierra tiene que ser plantada para que produzca frutos y los hombres y mujeres deben
volver a casa para poder tener descendencia. Nadie, aunque sea capaz de alzar a los
muertos de sus tumbas, puede guerrear eternamente. Si tu tierra se convierte en un erial
porque el que vagabundean los muertos vivientes sin cerebro a la búsqueda de enemigos,
¿para qué seguir combatiendo?
No debemos olvidar que los continuos enfrentamientos habían hecho
menguar el número de conjuradores, aunque los que quedaban tenían gran poder; sin
embargo, aunque también diezmados por las guerras, el número de personas sin poder
(parece que se llamaban a sí mismo comuneros) había aumentado en proporción. No
fue una resistencia organizada, sino más bien la toma de conciencia de una situación
simultanea en muchos lugares. Es posible que los propios conjuradores rivales alentaran
esta actitud como parte de sus estrategia bélica y que luego se volviera también contra
ellos. El caso es que, un día (debió ser algo más que un día), los comuneros se
negaron a combatir. Los conjuradores arremetieron contra ellos, pero ya era demasiado
tarde, les habían hecho sufrir mucho para que sus amenazas tuvieran efecto. Los comuneros
adoptaron un símbolo (una V, de victoria, blanca sobre fondo negro) y como una fuerza
incontenible arremetieron contra sus amos.
Esa batalla, que duró muchos años, es lo que se conoce como la Guerra
de los Portales. Los comuneros atacaron simultáneamente a todos los dueños de los
Portales. No fue un ataque organizado, sino más bien un gran incendio que se extendió de
una esquina a otra de Eriloe. Y a pesar de su poder, los conjuradores se vieron
incapacitados para enfrentarse contra todos sus enemigos simultáneamente. Y uno a uno,
los Portales fueron desapareciendo y uno a uno, los conjuradores fueron perseguidos. Es
muy posible que los Portales, fácilmente localizables, cayeran rápidamente, pero,
después de eso, la ira de los comuneros se mantuvo o se enardeció y durante años, tal
vez cientos, los conjuradores fueron perseguidos y eliminados. Pero fue una guerra cruenta
y calculo que casi el 90% de la población mundial murió en aquellos días.
Aquella batalla marcó la historia de Eriloe e hizo que la magia casi
desapareciera del mundo. Los padres mataban u ocultaban a sus hijos si descubrían que
nacía con poderes mágicos por temor a que sus vecinos acabaran con ellos para evitar que
pudieran seguir teniendo descendencia. Sin embargo, la magia, en si misma no fue destruida
(es algo imposible) y con el tiempo, la ira contra los que la utilizaban fue menguando. El
miedo se convirtió en un rumor, éste en leyenda y ahora casi nadie se acuerda del
porqué de la Guerra de los Portales. Donde antes se alzaron poderosas naciones mágicas,
otras naciones mundanas han aparecido.
Una vez me preguntaron si creía que todos los Portales habían sido destruidos. Yo sé
que no porque una vez vi uno aunque estaba tan destrozado que su poder se había reducido
a una insignificancia. Si quedara alguno con suficiente poder y fuera encontrado por
alguien con la suficiente preparación (alguien como yo, por ejemplo) podríamos asistir a
un nuevo nacimiento de la magia en Eriloe.
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