Yo no sé si lo que voy a contar ahora es cierto o es sólo producto de una desbordada
imaginación senil. Se me ha pedido que cuente la historia, pero la verdad es que la
historia no ha de ser contada, ha de ser vivida. Los Guardianes del Fuego Eterno, cuya
historia relataré un día y a los que pertenecí, son culpables de que la historia no
pueda ser contada y que la era que debió haber comenzado, no lo hiciera. No maquinéis
venganzas ni permitáis que la ira os obceque. Los Guardianes murieron y yo mismo, último
representante, vivo un tiempo robado del que ya no queda mucho. Sin embargo, antes de
poder comprender la Traición, debéis comprender la Dualidad, el ciclo al que Eriloe se
enfrenta. En algunas lenguas lo llaman Ragnarok y en otras, simplemente, el fin del mundo.
La verdad es que no es (o no debería ser) nada catastrófico, siempre que gane el bando
correcto, pero ¿cuál es este bando? Esa es la pregunta que no tiene respuesta y esa fue
la razón de la Traición de los Guardianes.
Nosotros creímos, como creyó mucha gente en esa época, que nos enfrentábamos a dos
poderes políticos. Por un lado estaba el Emperador con todas esas ideas
"revolucionarias" sobre la igualdad de las razas, la paz común, la esfera de
co-prosperidad y esas cosas. Y por otro lado estaban los gobiernos antiguos (nuestros, por
decirlo de alguna manera, patronos) que hablaban de tradición, de orden, de status quo.
Cuando eres un aventurero mercenario no te planteas que tras aquellas palabras e ideas se
pueda esconder algo más que la ambición política.
Poco a poco, fuimos testigos de fenómenos que no tenían explicación. No hablo ya de
sucesos mágicos (como las ciudades flotantes del Emperador) sino de sucesos que carecían
de lógica. Nuestra misión, que se prolongó por el espacio de 4 años fue buscar y
encontrar todos los fragmentos de una armadura y dárselos al "Elegido": un
humano de dos metros de alto que fue abandonado en una isla de gnomos cuando acaba de
nacer. Bueno, sus padres adoptivos gnomos dijeron que lo encontraron en la orilla del
Vacío sobre un trozo de corteza de Tillium. Como humano era desproporcionado, enorme y,
sin embargo, los trozos de armadura le encajaban como un guante. Sabíamos, pues esas eran
las pistas que seguíamos, que la armadura tenía cientos, miles de años y sin embargo,
parecía fabricada especialmente para nuestro Elegido. ¿Cómo pudo un herrero de tiempo
atrás saber las dimensiones de aquel humano desproporcionado?
Esa fue, si se me permite una expresión que no es de mi mundo, nuestra piedra
Rossetta. Al principio creímos que era casualidad, pero cada pieza que encontrábamos
más sabíamos que había algo oculto tras nuestros descubrimientos, que éramos
marionetas dentro de juego mayor.
Permitidme, ahora, que os hable de mi teoría y que os explique nuestra Traición.
Acabamos convencidos que en el mundo de Eriloe había dos fuerzas opuestas que buscaban
imponerse a la rival y que esas dos fuerzas, mágicas, espirituales, naturales (o lo que
fueran), jugaban con los seres vivos. Ikerlan, nuestro clérigo (uno de los pocos
clérigos inteligentes que quedaban en aquella época) creía que estas fuerzas eran el
Vacío y la Tierra Firme como representación de las dos realidades de Eriloe, que los
antiguos eran los representantes de la Tierra Firme y los dragones los del Vacío. (sí,
conocimos varios dragones en nuestros viajes, casi siempre como enemigos). Tak y yo mismo,
ambos magos (¡sorprendidos!) éramos menos amigos de símbolos y aunque creíamos que
antiguos y dragones podían ser los agentes de esas fuerzas, no dotábamos al Vacío y a
la Tierra Firme de ninguna cualidad mística.
Existe una biblioteca, allá donde el sol no tiene sombra (y más no puedo deciros para
que la halléis), que fue la fuente de nuestro conocimiento. En ella encontramos muchas de
las pistas que nos llevaron a descubrir al Elegido y la Armadura de los Antiguos que
debía portar, pero también encontramos un hecho histórico. La historia de Eriloe es una
historia de enfrentamientos, es una historia en la que dos personajes se han enfrentado el
uno contra el otro para cambiar la realidad de su mundo. Hay cierta "ciclicidad"
en la historia y los fenómenos se repiten y el enfrentamiento dual de dos
"Campeones" ha ocurrido más veces de las que querríais recordar. Tak, que para
esto era mucho más atrevido que yo, decía que la leyenda de formación del mundo:
Arion enfrentado a sus rivales y elevando al mundo para salvarlo de la ira de los
supremos, no era más que una deformación histórica del primero de estos enfrentamientos
duales y que Arion era el "campeón" que había ganado dicho enfrentamiento,
de ahí que recordáramos su nombre.
Yo nunca he creído en Arion, por tanto nunca creí en su posible existencia como un
campeón de la antigüedad, pero sí compartía con mis compañeros de aventuras, los
Guardianes, la creencia de que aquel enfrentamiento: el Emperador y nuestro Elegido no era
más que un enfrentamiento más de esa dualidad de Eriloe. Fue entonces, cuando
comprendimos esa realidad, mientras nuestro barco se acercaba al Palacio del Emperador
para nuestra última batalla, cuando decidimos nuestra Traición.
Sabed que el Emperador y el Elegido se enfrentaron y sabed que ninguno sobrevivió a
ese enfrentamiento. Esa fue nuestra Traición. Ahora veo los signos y escucho los rumores.
Parece que un nuevo Emperador se está alzando en el norte y que un niño extraño ha sido
hallado en unas cuevas enanas y me pregunto: ¿Fue nuestra Traición, por la que mis
compañeros dieron sus vidas, una simple prórroga? |