(diplocaulus)
El croar de las ranas, el zumbido de los mosquitos y el piar de las aves es el único sonido que se escucha en las zonas estancadas de la mayoría de los ríos de Pangea. Allí los árboles crecen medio inundados en el agua, y el río apenas lleva corriente. Es en estos lugares donde habita el curioso lagarto babosa.
Se trata de un anfibio de una vara de longitud, con una gran cabeza en forma de boomerang. El lagarto babosa aguarda semienterrado en el lodo del río, oculto a los ojos de sus presas. Con sus ojos, sitiados por encima de su cráneo, puede observar todo lo que ocurre sobre él. Cuando ve un apetitoso pez o cualquier otro anfibio el lagarto babosa sale de la arena del fondo haciendo que la tierra que levanta oculte sus movimientos. Entonces se lanza sobre su presa para devorarla.
Los lagartos babosa salen del agua pocas veces, pues son muy torpes en tierra firme. Cuando una hembra encuentra un macho este sale del agua y excava un pozo cerca de la orilla que luego inundará. Una vez preparado el nido, la hembra sale a poner allí los huevos, de aspecto gelatinoso. Por último el macho insemina los huevos y ambos se marchan dejando la puesta a su suerte. Sigue leyendo