—Tanto profundizaron que de las entrañas de la tierra surgió el dragón que todo lo devoraba. Su nombre era femenino, pero no lo revelaremos aquí, pues su piel estaba cubierta de mentiras y sus ojos petrificaban con la mirada. Con su avance se derribaban los pilares de la confianza, los contrafuertes de la inocencia y a su paso solo dejaba ira, rabia y dolor. Y así fue cómo alcanzamos esta morada, jóvenes aprendices, y la lucha aún no ha concluido…
—Cada año, la charla a los becarios de verano es más exagerada, ¿verdad? —susurró uno de los veteranos.
Los contenidos de este número 177 son: Sigue leyendo