Con la modernización y expansión del ejercito soviético, se hizo patente que para las nuevas piezas de artillería pesada sería necesario adoptar vehículos de mayor potencia, y con mejor capacidad todoterreno. En esta fase de diseño, tambien se planteó que estos nuevos vehículos se empleasen para recuperar vehículos dañados.
Es aquí cuando entran en la historia dos tanques que no verían combate.
T-12 y T-24
Los T-12 y T-24 fueron dos diseños de tanques medios que buscaban mejorar los carros soviéticos existentes en los años 20, la familia de los T-18.
La oficina de diseño de la Factoría de Locomotoras de Kharkov (KhPZ) comenzó los trabajos en 1928 con el T-12, que era una versión de mayor tamaño del T-18 (que a su vez derivaba del Renault FT). El proyecto fue un fracaso, y se decidió suspenderlo, aprovechando las partes útiles en un nuevo diseño, el T-24. Tras producir 25 unidades, se comprobó que el diseño estaba plagado de fallos, algunos de los cuales se habían ocultado durante la fase de diseño para proseguir con el programa. Sigue leyendo