Xâlin, Solario 1547
Aquel pueblo que vivía en el eslabón de la cadena se llamaban a sí mismos los Iwali y llevaban viviendo allí muchos años; desde que la cadena estaba unida, dijeron, aunque ninguno de los Cinco de Ôs tenía muy claro lo que significaba aquello. Al principio, tras el Mular (algo parecido a una ruptura, pero, en realidad significa cacería), consiguieron sobrevivir escalando y contactando con el exterior, pero era un viaje largo y difícil y se fue complicando cuando los pisos superiores se llenaron de peligros y de criaturas. Muchos de los que se iban no volvían, así que tuvieron que vivir cazando en el aire.
Intentaron pactar una tregua con el pueblo del piso superior, pero era difícil negociar con ellos porque cada pocos días cambiaban de líder o este cambiaba de opinión. Al final se limitaron a aislarse de ellos y de todos y se acostumbraron a alimentarse de cosas que cultivaban en el exterior de los eslabones (en especial hongos y similares) y de las aves y otras criaturas aéreas que se ponen al alcance de sus arpones.
Es una vida dura y difícil, pero no pierden la esperanza de volver a unirse con la otra parte de la ciudad, cuando la cadena sea reparada.
Los Cinco se sintieron muy bien recibidos y maravillados por muchas cosas que veían. Tenían una especie de catapultas con las que lanzaban a sus cazadores al vacío. Estos iban sujetos con cuerdas tranzadas, pero el lanzamiento era necesario para dar alcance a los pájaros más arriba. El cazador tenía pocos segundos para atrapar la pieza, arponearla y volver con ella. Sí, claro, el golpe de la vuelta era duro y muchos se habían lesionado, pero lo que más miedo daba, dijeron, era caer hacia las nubes del Vacío. Allí habitan criaturas de otros tiempos y el cazador puede convertirse en presa y cae demasiado.
El exterior del eslabón estaba lleno de escalas y amarres y Roba se interesó por la posibilidad de prolongarlos hasta la superficie. Así podríais llegar arriba, les dijo, sin los riesgos del interior. No había nada, le explicaron, que echaran de menos de la superficie. Esta les había olvidado y ellos a ella.
Mientras se preparaban para volver con algunos regalos (no, dijeron, el oro no tiene ninguna utilidad aquí y hay mucho de antaño, llevaros lo que queráis). Roba se interesó por el nombre de aquel pueblo:
¿Qué significa Iwali?
Nada especial, Iwa significa dragón y el sufijo li, los que cazan.