Exo – Campaña Rey Rojo. Capítulo Diez: Pandemia

En el capítulo anterior (18681 Ver) sugerimos que otra vía por la que los personajes podían ayudar a luchar contra la pandemia del Rey Rojo era ir directamente a Coan y trabajar con las autoridades locales. Esta vía de trabajo tiene una ventaja evidente y es que es menos probable encontrarse en un planeta poco importante como este con funcionarios comprados a sueldo de un a potencia extranjera. Además, es la forma más rápida de actuar antes de que los Iroiendi completen su plan por otra vía distinta de la de traer «la cura» de la Reina Roja (si esta estaba en sus manos), como de hecho van a intentar.

Confinamiento

Las autoridades de la UPG han sometido al sistema Coan a una fuerte cuarentena, pensada especialmente para impedir que naves abandonen el planeta principal pero también para controlar el acceso y que este se limite al de ayuda médica y suministros. Además, está prohibida la entrada de cualquier persona de la especie aioll.

De los cinco planetas de este sistema, dos están habitados: Coan Primis y Coan Tertium. Entre ambos habitan casi un millón y medio de humanos, casi un millón de Sirofos y algo más de doscientos mil Aioll, aunque estos últimos están concentrados en Tertius (efectivamente tercer planeta del sistema en distancia a su agonizante sol), mientras que las otras dos razas se concentran en el Primis, el más cercano a la estrella.

Cielo Coan

La cuarentena se ha establecido en tres capas concéntricas. La primera es pasiva y consiste en la liberación de una serie de sondas que orbitan por el sistema, lanzando un mensaje de advertencia de la cuarentena, dando instrucciones para contactar de inmediato con las autoridades y enviando a estas la localización de cualquier astronave que se acerque más allá de cierto perímetro o que permanezca en el sistema más de cierto tiempo sin saltar de nuevo. Evitar el contacto con estas sondas requiere una TA de Pilotar con dos grados adicionales de dificultad; algo más sencillo sería engañarlas para que den una información falsa que les permita pasar como si fueran una nave sanitaria o de suministros (TA operador de sensores con un grado de dificultad). También está la opción, claro de comunicar directamente con las autoridades y pedir acercarse a atracar para dar explicaciones en el astropuerto, cosa que les sería permitida, aunque perderían del todo la posibilidad de aterrizar libremente en el planeta.

La segunda capa de seguridad es una fuerza constante de cazas Trialon, apoyados por cazas Incursor en proporción 1 a 4. Evitarlos, si las autoridades no han sido alertadas de la presencia de la nave, y/o se han hecho pasar eficazmente por naves sanitarias o de suministros autorizados, requiere una TA de Pilotar con un grado de dificultad. Si los cazas saben que la nave de los personajes existe y que deben evitar su llegada al planeta, esquivarlos tendrá dos grados de dificultad. En caso de encuentro, primero llegará un Trialon, al cabo de unos asaltos dos más y finalmente, varios asaltos después, un Incursor. Si los personajes sobreviven a este encuentro, podrán aterrizar sin problemas, salvo que quieran seguir rondando por la órbita y exponerse a nuevos ataques. Inicialmente, los cazas solo buscan detener la nave, no destruirla. Inicialmente.

La tercera capa es la propia administración de los astropuertos (un orbital y otro terrestre, ambos de construcción aioll reciente y no demasiado completos, en caso de que decidan atracar allí. Es a ellas a la que habrá que convencer de sus buenas intenciones, existiendo el riesgo de que quien les atienda haya sido seducido por los argumentos de la secta religiosa que los Iroiendi han puesto a trabajar en el planeta. Para resolver esta escena podemos consultar el apartado «Desescalada» de este mismo capítulo de la campaña.

Estado de alarma

En el cielo permanentemente oscuro de Coan Tertia es posible localizar una estrella algo más luminosa que el resto. Se trata del sol del sistema, una enana mayor que con telescopios sencillos es posible observar mejor y distinguirla de los astros lejanos. La ausencia de calor proyectado por el astro ha obligado a los aioll a desarrollar aquí un efecto invernadero potente usando para ellos gigantescas máquinas biológicas que han terraformado Tertia hasta convertirlo en un lugar en el que, a pesar del frío (rara vez la temperatura sube de los 10 grados), la vida prospera. Al menos una de estas máquinas de más de trescientos metros de altura puede verse desde cualquier punto de la superficie del planeta, cuya orografía es bastante suave.

Enormes bosques grises y azules cubren la tierra, unidos en masas de raíces que los convierten en gigantescos organismos de decenas de kilómetros cuadrados de anchura. Estos ayudan a mantener una temperatura habitable a nivel del suelo, mediante la exhalación y combustión interna de gases; un gasto enorme de energía necesario para que vivan allí casi 200.000 habitantes, más del 90% de ellos aioll, en 12 pueblos dispersos. Los edificios son en todos los casos aglomeraciones de cúpulas fabricadas de una madera generada por la industria aioll. Su estructura interior recuerda a colmenas o al interior de ciertos hongos, «con celdillas» de diseño irregular que conforman las distintas salas. Cintas biológicas de transporte adhesivas en constante movimiento permiten ir de una zona a otra con comodidad, ayudados por la baja gravedad del planeta, que apenas llega a un medio de la estándar. No es tan ligera como para que sea necesario moverse con la habilidad de G0 pero sí lo bastante para que esta pueda condicionar otras habilidades como si se estuvieran usando en sinergia.

Colmena

Las zonas inferiores de cada ciudad cupular está dedicada a trabajo e industria, siendo las principales la agricultura y la cría de animales de todo tipo, en especial plantas y criaturas exóticas de sabores y comportamientos interesantes que tienen como principal destino la exportación. De hecho, las empresas de Coan, en su mayoría cooperativas, disfrutan de especial libertad para la experimentación genética para lograr nuevos lujos. También disfrutan de mucho tiempo libre para la contemplación y la exploración táctil de sus congéneres? hasta hace poco, claro. Si han estado en Caymca, sentirán que en Coan están en un lugar que ha sido construido de forma muy distinta para cumplir una función muy parecida a la de aquel, lo que dice mucho de la capacidad de los aioll para adaptarse.

Actualmente apenas se ve a gente moverse por las cintas transportadoras, aparte de a humanos y sirofos dedicados a vigilar la cuarentena de los aioll. Una tarea delicada y complicada, puesto que, sin medicamentos, las opciones para los aioll son morir por falta de contacto o tocar a otros a riesgo de transmitir el virus, hasta que finalmente su sistema se deteriora tanto que ya no pueden contactar más con los genforos de otros y ya solo les queda una muerte espantosa y en soledad. Para ellos, una perspectiva espantosa que convendría el grupo de juego conozca para valorar lo importante de su misión.

Además de los encontronazos sociales y del peligro que la secta de los iroiendi suponen y veremos a continuación, existe otro riesgo en el planeta. Las calles están vacías y hay controles cada cierto tiempo pero no sería descabellado un encuentro con un aioll solitario, no infectado por el Rey Rojo, que haya entrado en un estado de tensión extraordinario y esté buscando alguien con quien conectarse, aunque no sea un aioll. Dado que tienen la posibilidad de formar estos enlaces con otras especies, no es una idea descabellada y de hecho, si los humanos o sirofos del planeta se ofreciesen a ello, podrían salvar muchas vidas. Sin embargo, el miedo al virus, les impide hacerlo; ya vimos lo que le podía hacer el virus a un humano en el cuerpo de Arturo Spino (16381 Ver). El rencor y desconfianza hacia una raza que gobierna la UPG en minoría tampoco han ayudado.

El caso es que es posible que un/una/une aioll desesperado pueda intentar raptar y violentar a un personaje solitario imponiendo su contacto como un alivio temporal y algo insatisfactorio al aislamiento. Si lo logra, no le transmitirá el virus pero sin duda el personaje podría interpretarlo acertadamente como el equivalente a una violación e intentar defenderse. Un combate contra alguien en ese estado de nervios puede resultar peligroso, a pesar de ser una persona sola y, por supuesto, el aioll podría usar un arma para reforzar su amenaza.

Desescalada

Como en el capítulo anterior, en esta escena los personajes deberían buscar quién puede ayudarles a advertir del riesgo de Reina Roja o a distribuir un medicamento adecuado, si lo poseen. De nuevo es conveniente no limitarlo a una serie de tiradas sino tener en cuenta las acciones de los personajes, sus estrategias de acercamiento, sus excusas para ponerse en contacto, así como si se dirigen a una autoridad militar o civil y si el contacto tiene lugar en alguno de los astropuertos o ya en una de las pequeñas urbes del planeta. En base a todo ello es a lo que se bonificarán o penalizarán las tiradas de Callejeo, Logística, Protocolo, Legislación, Interrogación, Observación o Seducción que utilicen para convencer a personas importantes de la bondad de sus intenciones, o de que cedan a la extorsión, si esa es la vía de los personajes. Recordemos que es posible que aún no tengan un antídoto cuando vengan aquí, pero siempre pueden proporcionar las guías para desarrollarla que Ancor dió en el capítulo XIII de esta campaña ( 18381Ver), además de las advertencias sobre Reina Roja y las intenciones de los iroiendi.

Algunas de las habilidades servirán para localizar a las personas con más autoridad. Estas serán normalmente humanas, dado que llevan más tiempo conviviendo con los gobernantes aioll y estos confían más en ellos para darles cargos de importancia que en los sirofos. Los aioll son mala opción pues están emocionalmente comprometidos y además procuran aislarse para evitar contagios. Aunque la mesa de juego puede tener la tentación de acercarse a los militares del sistema como personas de más poder, debido a la pandemia se han alterado las jerarquías habituales y ahora tienen tanto o más poder los cargos sanitarios, cuyas decisiones tienen prioridad. Además, es el departamento en el que menos probable es encontrarse fanáticos recién convertidos a la secta que los iroiendi están intentando desarrollar. En cambio, donde más posible es encontrarlos, por decisión de los propios iroiendi, es en el cuerpo militar, que está deseando terminar con este asunto lo antes posible. Incluso si para los aioll abrazar la secta supusiera un mayor contagio, hay quienes entre los altos cargos militares, estarían dispuestos a sacrificar a 200.000 aioll y recomenzar la colonización de Coan Tertia de nuevo.

Repunte

Los agentes iroiendi enviados al planeta y llegados unos días después de que los personajes tuvieran el encuentro en el capítulo VII «Ratonera» (18181 Ver) son precisamente una familia aioll que se sabe no contagiada por el virus. Llegó infiltrada en una nave con carga de medicamentos ansiolíticos de fabricación aioll y se han hecho pasar por habitantes de Coan Tertia que están «curados» gracias a su creencia religiosa. Los aioll son una especie particularmente poco religiosa pero este trío ha sido entrenado durante mucho tiempo para esta misión, habiendo permanecido como agentes «durmientes» hasta el momento adecuado. Son, en resumen, muy convincentes y usan los mismos métodos de las sectas: aislamiento de la información contradictoria, anulación de la voluntad (eso en muchos casos ya lo traen los interesados de serie por el aislamiento), repetición de mensajes, alternancia de maltrato y amor…

Su «cura» metafísica para el Rey Rojo es un [i]niñe[/i] aioll del tercer sexo al que han infectado con Reina Roja para que la transmita a quienes entren en contacto con él. Según los sectarios, conectar los genforos con el niño cura el Rey Rojo (ya hemos visto en realidad los efectos de Reina Roja en el capítulo VIII), así como el contacto más frecuente de lo habitual entre ellos. «El problema no es que conectemos, el problema es que conectamos demasiado poco y nos hemos alejado de las almas de los otros» y cosas por el estilo. Para que los curados permanezcan alejados de un exámen médico que revele la verdad, los preceptos de esta religión recién creada incluyen alejarse de los sanitarios, que serían quienes están introduciendo el virus en los aioll para controlar su población y sustituirlos como clase dominante.

Los personajes pueden llegar a saber de esta secta de distintas maneras. La mejor es que les llegue un rumor mientras conversan con las autoridades. Es probable que estas quieran asegurarse de que los personajes no son una secta más que viene a aprovecharse de ellos, generando así la oportunidad de preguntarles sobre otras sectas que estarían actuando en la zona y enterarse así de la existencia de la creada por los iroiendi. Si los personajes ayudan a las autoridades a relacionar a esta secta con la Reina Roja y/o ayudan a localizar a sus líderes, el gobierno de Coan sin duda actuará para intentar eliminar el problema.

Los sectarios van siempre bajo la protección de un grupo de «creyentes» que asciende ya a medio centenar, aunque habrán infectado además con Reina Roja al 20% de los habitantes aioll de una de las doce poblaciones, para cuando los personajes lleguen al planeta. Cerca de esa misma población hay aparcada una astronave oculta con un grupo de boron, el mismo o uno equivalente al que ya conocimos en el capítulo V de la campaña (17281 Ver), dispuestos a sacar a los agentes del planeta a tiros si hace falta o a eliminar discretamente a cualquiera que se interponga en el avance de la secta.

Sin embargo, el método principal de la secta para evitar la oposición de los personajes no sería la confrontación directa, al igual que es poco probable que lo sea el de los personajes. Los agentes de los iroiendi no son estúpidos y no solo esperan que se les echen encima los personajes o autoridades planetarias, sino que han planeado su respuesta. Si los personajes directamente y de forma pública, o a través de las fuerzas de seguridad del planeta atacan a la secta, esta tomará todas las pruebas visuales posibles del asalto y las difundirá tanto como pueda para «demostrar» que el gobierno de la UPG ha de esta detrás de la pandemia, dado que impide que ellos hagan su buena obra. El victimismo es una más de las estrategias clásicas de las sectas y si no se controla bien cómo se las aborda, puede ser muy eficaz. Al final, lo más eficaz es ir a por sus líderes directamente y sin que se den cuenta sus seguidores.

Por cierto, ¿qué ganan estos aioll perjudicando a sus compañeros de especie? Están en el mismo barco que Oanli, la que se descubrió como traidora de la familia Nijchaanli en el capítulo Cuatro de la campaña (17081 Ver): les han ofrecido ser los primeros en catar para su especie el misterioso banco genético de especies que hay en Alfeiron, para lo cual, incluso sacrificar miles de congéneres es un precio interesante. Como veis, ratas dispuestas a abandonar un barco de ratas por uno mejor, aunque la tripulación sean gatos, habrá siempre en todas las especies.

Nueva normalidad

¿Cuánto dinero decís que queréis por esta información? ¡Qué barbaridad! No, no me vengas con la ética profesional, si esto no me va a dar de comer, por mí todos los clonadores de Coan se pueden pudrir.

La imagen del cielo estrellado pertenece a Jason O’Halloran y se publica bajo licencia CC Atribución Compartir Igual. La imagen de la colmena vegetal pertenece a Björk S?, con modificaciones de Jacobo Peña y se publica bajo licencia CC Atribución Compartir Igual.

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