Cunia, 14 de abril de 2020. La crisis del COVID-19 y la declaración del estado de alarma mantienen las calles casi vacías de circulación a pesar de la vuelta al trabajo de los sectores no esenciales decretada pocos días antes. Hay algo de movimiento en el puerto y los mercados pero mucho menos porque el consumo de todo lo que no sea esencial ha bajado. Paseantes solitarios cubiertos con mascarilla vuelven de su trabajo o sacan al perro bajo la mirada escrutadora de algún vigilante espontáneo de balcón. Conmemorando la fecha, de tanto en tanto se ve una bandera tricolor.
Es en esta situación en la que un pequeño grupúsculo de delincuentes de ultraderecha se ha visto en la necesidad de moverse más de lo autorizado. Este grupo de ultras se financia moviendo una parte de la droga de los Metropolitanos, por lo que llevaban unas semanas con la actividad muy baja, debido a la cuarentena. Hasta que ahora, la banda les ha contactado para que saquen el material de donde lo tengan escondido y se lo entreguen todo a un cliente que va a distribuirlo en Baleares, a cambio de un dinero del que ellos se llevarían un pellizco. Aunque a estos delincuentes de poca monta ahora mismo no les urge el efectivo para sus actividades habituales (comprar armas en el mercado negro, viajar a partidos o conciertos, pagar multas o acumular anabolizantes sabor vainilla), ninguno es tan inconsciente como para decirle que no a Giorgio.
El problema es que en el estado en que está la ciudad, moverse de un lado a otro sin una buena excusa es un problema. Por suerte, al líder del grupillo se le ha ocurrido una idea tan osada como poco prudente. ¿Y si hacen algo para que la mayoría de la policía de calle tenga algo mejor que hacer a esa hora?
A la vez, la segunda al mando de este núcleo de camellos ha sido taaan avispada como para llevar un tiempo sustrayendo pequeñas «comisiones» o «pellizcos» del alijo que guarda en el almacén donde trabaja como guardia de seguridad. Mala jugada, mala jugada.
Un aviso inicial para la Dirección de Juego: la historia para los personajes comienza a las 15:15 de la tarde del 14 de abril y es importante tomar nota del tiempo que va pasando, ya que a las 20:00 tendrán lugar sucesos claves para la historia.
Un viral que deja rastro
El grupo de personajes jugadores puede estar compuesto tanto por agentes de la Comisaría General de Documentación y algún agente de la CG de Seguridad y de la CG de Información que les acompañe. Tampoco es descabellado que en esta situación de crisis, con escasez de efectivos por las bajas por enfermedad, se subcontrate el trabajo a alguna agencia de información.
En principio el asunto parece una cuestión menor y el principal problema que genera, de orden público, ya se está atendiendo por otro lado. A los personajes se les encarga seguir el rastro de una comunicación viral que se está distribuyendo principalmente a través de internet. Firmada por algo llamado «Cunia patriótica», anima a acudir hoy a las 20:00 de la tarde a la Plaza Mayor para una manifestación que pretendería circular hasta la Plaza de la Villa, reclamando la dimisión del actual gobernador del Partido Federal, al que acusan de negligencia en el control de la crisis sanitaria, de haberla agravado con el mal estado de los sistemas de saneamiento, de haber llegado tarde al control de mercancías y viajeros de China por estar atado a los intereses comerciales de estos extranjeros, y de estar ocupado atendiendo a los intereses «postmodernos» del partido animalista. «Cunia patriótica» pide una moción de censura de PSOE, PP y VOX, y un gobierno de «concentración patriótica».
Aunque, en opinión de los expertos, esta manifestación y en estas circunstancias será un rotundísimo fracaso, el movimiento provocado en ciertas redes sociales hace temer la aparición de grupúsculos dispersos de vandalismo que conviene controlar, por lo que se ha montado un dispositivo en las zonas de mayor riesgo, dejando el encargo de seguir el rastro del mensaje viral a nuestra mesa de juego.
Por suerte, algunos chivatazos de personas que están en grupos de mensajería que primero han recibido el mensaje han permitido acotar en pocas horas el origen del mismo a pocos números de teléfono. De hecho, a mediodía ya solo hay tres número comunes a todos los grupos en los que ha circulado el anuncio viral. Por ahí pueden empezar los personajes.
Uno de los números es extranjero, en concreto tiene prefijo de la República de Singapur y los personajes no disponen del nombre de la persona, que entró en esos grupos de mensajería agregado desde el principio por otra distinta de la que ha dado el chivatazo. El teléfono pertenece a Óscar García de Urquizo, natural de Cunia, que vive en el país asiático y trabaja como diseñador gráfico para agencias de publicidad. Aunque es políticamente afín a los promotores de la convocatoria, él solo ha realizado el diseño de la imagen. Si se le llama, sentirá poca presión por parte de la policía de Cunia, estando como está tan lejos, por lo que no confesará haber realizado la creatividad en ningún caso. Si se le llama sin identificarse como policías sí es posible engañarle para que dé su nombre, su profesión o incluso «confiese» haber pasado la información, aunque no quién se la pasó a él. Puede colgar en cualquier momento y es difícil localizarle por otra vía que no pueda cortar con facilidad. Por su mismo miedo a ser identificado o denunciado, ni siquiera se pondrá en contacto con sus cómplices para avisarles.
El segundo de los teléfonos es un móvil que pueden asociar a Nicolás Avelló, con dirección en el barrio Andaluz. Nicolás es una tanto paranoico, así que no cogerá el teléfono a nadie cuyo número desconozca por mucho que se le llame, así que de momento esa vía está cerrada hasta que los personajes empiecen a moverse.
El tercer número está a nombre de Seguridad Piedra y en este momento se encuentra apagado. Si llaman a Seguridad Piedra y se identifican como policías (dando número de placa y unos momentos para que comprueben con el superior de los personajes) les confirmarán que es el móvil de trabajo de una empleada, Susana Vigil, guardia de seguridad que trabaja para Piedra pero hoy tiene el día libre. Es de las más novatas y por eso suele trabajar todos los festivos; se ha comido el puente y hoy es su primer día de libranza después de siete trabajando seguidos. A la empresa podría no hacerle ninguna gracia que Susana haya usado el móvil del trabajo para mandar mensajitos personales (ay, ay, ay, qué poca cabeza) y Piedra no tendrá problemas en darles el número personal y la dirección de Susana, así como confirmarles (si preguntan) que actualmente la empleada trabajaba vigilando el almacén cerca del puerto de una empresa llamada Import Xi. Susana sí cogería el teléfono si se la llama, pero desde la primera impresión parecerá muy borracha o drogada, además de estar en algún sitio con muchísimo ruido, música a todo volúmen, siendo difícil entenderse con ella o hacerle hablar sobre dónde está. De hecho, si se le pregunta esto último, acertará a decir que está en un sitio grande y oscuro. Antes o después dejará caer el móvil y solo se oirá la música un rato, hasta que alguien parece recogerlo y apagarlo. No se volverá a encender.
En el caso del primer móvil, localizar su posición no es posible ahora mismo (ni parece que les merezca la pena). En el caso del segundo, se puede hacer si no insisten demasiado en llamar a Nicolás. Aparte de que está bastante ocupado en este momento, si recibe demasiadas llamadas de un móvil que desconoce, acabará por apagarlo. Dependiendo de cuánto tiempo le mantengan localizado, podrán ver cómo se mueve desde el barrio Gótico hasta su domicilio en el Andaluz. Allí acabará apagándose sí o sí el teléfono, a Susana le habrá entrado la paranoia. Óscar tiene matriculado a su nombre un Seat León amarillo; los personajes pueden dar el número de matrícula y la descripción pero Nicolás no volverá a sacarlo.
En cuanto a Susana, podrán, si han tomado la decisión de localizarla antes de llamar, encontrar la referencia en una manzana del barrio gótico llena de locales de marcha, aunque deberían estar todos cerrados por la cuarentena.
Los peligros de las drogas
Los personajes podrían dirigirse en este momento a cualquier localización de las que han obtenido información, pero al parecer la de Susana la más urgente, empecemos por ella. La manzana en cuestión está entre las calles Alondra y José de Cieza (pag 93, B2), un edificio antiguo cuyos pisos superiores están ocupados por oficinas y los inferiores por bares de todo tipo.
Un paseo por la puerta de todos ellos acabará delatando a los que se están saltando la cuarentena por el rumor que viene de dentro a pesar del aislamiento sonoro, el doble vestíbulo y que el volúmen no es excesivo. Se trata de un local llamado Fredo’s Filmobar en el que sirven comida americana en miniatura mientras se proyectan películas clásicas. El toque «retro» lo añaden algunas muestras de decoración confederada que dan a entender la tendencia política de los dueños. Y eso es exactamente lo que están haciendo en ese momento, con un grupo de clientes selectos. Cuando los personajes accedan al interior en la pantalla aparecerá detenida la proyección de Duelo al sol.
La irrupción de la policía pondrá algunas caras largas y sin duda querrán cooperar para intentar salir del apuro. En cualquier caso, Susana ya no está allí. Cuando llegó ya tenía pinta de haberse tomado algo raro y acabó desmayándose. Su móvil estaba sin batería y se estaban pensando si llamar o no a la policía cuando apareció un amigo suyo y se la llevó. No, no saben cómo se llama, pero era un tipo alto, grande y fuerte con camiseta negra ajustada y un tatuaje tribal en el brazo izquierdo. Con algo más de presión por parte de los personajes, sacarán algo de información sobre ella: es habitual en el local y sospechan que pasa droga, aunque nooooo, claro, nunca han tenido sospechas, ya sabes SOSPECHAS, o pruebas para llamar a la policía. ¡Lo habrían hecho! ¡Sin duda!
Los patriotas
La dirección de Susana parece un sitio lógico donde ir, bastante cercano además al domicilio de Nicolás pero allí lo único que encontrarán es a sus padres. Sí, esa era su dirección pero Susana se marchó de casa hace cosa de un mes y medio, después de que hasta sus padres amenazaran con denunciarla por agresiones. Siempre ha estado metido en líos, es agresiva y se ha librado de tener antecedentes por muy poco. ¿Dónde vive? Les importa una mierda. A su padre no le importa, a su madre no le importa y a los dolores por el último golpe que recibieron de ella menos aún.
El piso de Nicolás parece otro buen sitio donde ir a buscar pistas. De allí es por donde ha pasado corriendo tras recoger a Susana drogada. Se trata de un apartamento sencillo en la última planta de una de las características torres. El coche de Nicolás está aparcado por allí. Lo que no saben los personajes es que ya se ha marchado de allí en el coche de Susana, que no está a su nombre, sino del de sus padres, de momento.
Nadie responde a la puerta y no tienen una orden judicial, vaya? OK, imaginemos que por algún motivo los personajes sí entran en el apartamento, sea porque «dicen escuchar» a alguien en peligro inminente o porque «tienen motivos para sospechar» que Nicolás pertenece a una banda armada o sabe que le están persiguiendo y se oculta ahí?
Salón
Este espacio lo ocupan una mesa con cuatro sillas, un sillón muy usado, un televisor barato sobre un mueble cajonera y en la pared una foto de la película «El Cid», de Charlton Heston. En los cajones no hay muchas cosas de interés, aparte de algunos cuadernos de notas de los que se puede descifrar que Nicolás recibe pagos por entregas de material sin especificar a distintos clientes que solo están identificados por la dirección donde se hace la entrega. Quizás alguno de los personajes pueda identificar la dirección de uno de los envíos como la de un local sospechoso de distribuir droga de diseño. Una de las direcciones de recogida de material, por cierto, es «Donde Su» y es, de hecho, la penúltima entrada del cuaderno, programada para hoy a las 16:00. La última entrada señala las 20:00 una entrega en una casa de la Calle Iguazú, en la Urbanización La Loma (pág. 85 C-2). Ahí vive ni más ni menos que Manuel Escobedo, escritor de éxito, famoso por salir más de juerga que todos sus personajes juntos.
Cocina
Anexa al salón (estilo cocina americana) tiene la nevera algo escasa de comida. Algo de carne roja y verdura, aunque la estantería rebosa de complementos vitamínicos y barritas proteicas. Y, en una amplia caja de herramientas bajo el fregadero hay un par de puñales y algunos cargadores de 9 mm.
Baño
Un clásico de los pisos de soltero: plato de ducha, inodoro, lavabo, un espejo de casi cuerpo entero y una báscula. Más frascos de pastillas para marcar músculo en el botiquín.
Dormitorio
Cuenta con armario empotrado una cama grande y un escritorio sobre el que descansa un portátil. Las paredes las decoran posters y entradas a conciertos de bandas de música neonazi. El ordenador está protegido con clave de encriptación y de usuario, aunque Nicolás ha usado la misma para ambas cosas. Si se consigue superar el obstáculo, encontrarán pruebas de sobra de las simpatías políticas y asociativas de este hombre con el extremismo de ultraderecha. Aunque en foros más generales de «sus temas» tiende a tener un papel secundario, en absoluto de liderazgo, los registros de los grupos de apps de mensajes (que tiene enlazadas en el navegador) muestran una actividad similar, pero ahí Nicolás sí se comporta como un líder, quedando claro que forma parte de un subgrupo radical que se dedica sobre todo a la violencia contra población migrante, en especial en las zonas limítrofes con la banda de Los Latinos. Es posible deducir de esto y de los nombres con los que se codea virtualmente que este grupúsculo es utilizado por Los Metropolitanos como carne de cañón contra Los Latinos. También se puede comprobar ahí que Nicolás pidió a Óscar la imágen con el texto de la convocatoria y que la distribuyeron el propio diseñador, Nicolás y Susana. Lo que no hay rastro es de ninguna conversación explicando el motivo, debieron hablarlo por teléfono o en persona.
Terraza
Aquí se almacenan una Bicicleta estática y algunas pesas guardadas en una caja vieja cuya cinta de cierre reza «Import Xi.»
Import Xi
Parece haber quedado claro que acercarse al almacén de Import Xi (Calle Juan Ossorio, página 95 D-2) era importante. Es clave determinar en este momento a qué hora llegan allí los personajes, teniendo en cuenta cuáles han sido las actividades de Nicolás ese día. Quizás, si han sido lo bastante diligentes, logren incluso detener a los dos traficantes antes de la entrega final.
Durante la mañana, Nicolás ha estado preparando y enviando la convocatoria, mientras Susana sacaba del alijo de drogas la última «comisión» y se iba a la comida privada en Fredo’s Filmobar.
15:30, Nicolás llega a Fredo’s para recoger a una Susana puestísima de todo y se la lleva a su casa.
16:00, Nicolás llega a su casa, deja su coche y se llevan el coche de Susana, donde tiene la documentación de Susana para poder ir a trabajar. Si se cruzan con la policía y preguntan por qué conduce él Nicolás contará que la lleva él porque se encuentra mal y van a «dejarle las llaves al jefe».
16:30, llegan al almacén de Import Xi, donde recogen el material y Susana confiesa llevar un tiempo robando del mismo, hasta tal punto que falta ya una quinta parte del paquete.
19:30, Susana ya está mejor pero, si no han llegado los personajes a por ellos, Nicolás la dejará allí y se marchará con el paquete para entregarlo en casa del escritor, cruzando los dedos para que no se dé cuenta de inmediato o incluso nunca.
20:00, Nicolás hace la entrega en la calle Iguazú, hasta donde ha llegado sin problemas, estando como está mucha de la policía en la zona centro, controlando, como se preveía, escasos grupos dispersos de manifestantes y militantes de extrema derecha. Escasos, pero peligrosos.
20:30, si nadie le ha detenido, Nicolás llegará a recoger a Susana y se irán ambos a su casa.
21:00, si no hay novedad, para esta hora Escobedo, que sabe lo que se hace cuando se trata de drogas, se ha dado cuenta de que falta bastante material y ha avisado a Giorgio, quien se presentará con algunos jóvenes de su «ejército» a ajustar cuentas.
Como se puede comprobar, el desarrollo de la historia puede depender en gran medida de lo rápido que se muevan los personajes y cuánto tarden en realizar cada tarea. La DdJ puede contar 5 minutos por cada llamada de teléfono, 20 para localizar cada teléfono, 20 más para cada desplazamiento en coche por la ciudad, el interrogatorio a los padres de Susana, a los dueños de Fredo’s… 30 para saltarse la clave del ordenador de Nicolás y hasta una hora para sacar toda la información relevante del mismo?
El final más probable es un interrogatorio a Nicolás y Susana en el almacén, en casa del primero o incluso de camino a la comisaría al que acaben acudiendo los del grupo de Giorgio queriendo no solo ajustar cuentas con sus camellos sino atar cabos cerrándoles la boca de manera definitiva. Hay verdadero riesgo de que esta escena termine con un peligroso momento «mexican standoff».
Tanto Susana como Nicolás están armados y son capaces de defenderse si creen que pueden vencer o escapar. Susana, a pesar de su adicción, es más peligrosa que Nicolás, pues ella sí cree de una manera fanática en su ideología, mientras que para Nicolás es más un medio para justificar otras conductas.
Nicolás Avelló
Valor medio de atributos por característica:
CUE 7DES 5
INS 5
INT 6
PRE 7
Habilidades:
Armas blancas 19Conducir 18
Descubrir 13
Pelea 18
Pistola 15
Saltar 18
Trepar 20
Capacidades
Alerta 18Esquivar 15
Iniciativa 5, 5
Ajuste por fuerza +2
Puntos de vida: 21
Susana Vigil
Valor medio de atributos por característica:
CUE 6DES 6
INS 5
INT 6
PRE 7
Habilidades:
Armas blancas 18Conducir 15
Descubrir 17
Pelea 16
Pistola 20
Saltar 18
Trepar 16
Capacidades
Alerta 18Esquivar 18
Iniciativa 6, 6
Ajuste por fuerza +1
Puntos de vida: 18
Matones de Giorgio
Valor medio de atributos por característica:
CUE 7DES 6
INS 5
INT 5
PRE 5
Habilidades:
Armas blancas 19Conducir 15
Descubrir 14
Pelea 20
Pistola 15
Saltar 17
Trepar 18
Capacidades
Alerta 15Esquivar 18
Iniciativa 6, 6
Ajuste por fuerza +2