¿Quién es Paul Reed?
El secreto de Paul, el que explica su éxito como delincuente económico y contrabandista a gran escala, es haber nacido en una familia por la que corre una genética extraña que les convierte en telépatas.
Eso es. Telépatas. En Rol Negro. Con una cantidad de seudociencia que raya la ciencia ficción pero sin salirnos del género negro. Respirad hondo y vamos a ello.
Bien, no todos los miembros del árbol genealógico de Paul son telépatas. Su padre Peter, su difunto abuelo Carl y su aún más difunta bisabuela Paula lo eran. Al menos eso es lo que le explicó su progenitor cuando Paul empezó a extrañarse de que Peter siempre pareciera saber todo lo que su hijo iba a hacer, cualquier pequeña travesura, antes de que este la pusiera en marcha. Supo Paul también que el hermano mellizo de su abuelo era otra de las personas capaces de esta proeza, incluyendo la de compartir sus experiencias. Al parecer descubrieron su poder durante el desembarco de Normandía, un poder que no solo les permitía una lectura superficial de la mente de otros, sino que podían incluso recibir vistazos de la mente del otro incluso estando muy alejados el uno del otro. Su padre le enseñó una foto de ambos hermanos en la playa francesa que aún conserva.
Con el tiempo, Paul también empezó a ser capaz de leer la mente de su padre. Ambos se acostumbraron a buscar la intimidad, a comportarse en todo lo posible como si no pudieran leerse los pensamientos y a ocultar la habilidad a todo el mundo. También aprendió Paul a usar eficazmente la telepatía con otras personas, lo que abrumó al joven hasta el punto de obligarles a mudarse de Londres a sus afueras para reducir el contacto con otras mentes. Por desgracia, Peter no fue igual de eficaz a la hora de enseñar a Paul la ética que debería acompañar esta capacidad.
Cuando Paul empezó a flirtear con contactos del mundo criminal, su padre rompió la norma que tenían ambos de vivir como si no pudieran estar en la mente del otro, respetándose. Al principio le advirtió, luego discutió, finalmente empezó a poner palos en las ruedas con chivatazos a la policía, la mayoría sin desvelar nada que le pusiera en peligro pero que iba dando al traste con las operaciones. Sus socios le presionaban cada vez más. Los chivatazos parecían provenir de él, de informaciones que él controlaba, a veces en exclusiva. Decidió que su padre ya había tenido una vida plena e interesante que debía acabar de manera organizada en un cruce de tren sin barrera.
Las cosas fueron mejor así con el tiempo, aunque no para siempre. Tras unos meses de calma, de repente, un día hubo otro chivatazo. No llegó la sangre al río porque fue interceptada la información por un policía «amigo» que no pudo saber de dónde venía, pero los chivatazos siguieron.
Dando vueltas al problema, Paul empezó a otorgar significado a extraños sueños que había tenido. Visiones que llegaban en los momentos anteriores a dormirse en los que se veía a sí mismo como otra persona; se sabía otro hombre en las visiones pero no llegaba a verse en un espejo. Visiones de una ciudad, desconocida al principio, que logró acabar entendiendo que se trataba de algún lugar de España.
Recordó la historia de su abuelo y su hermano. Revisó la vida de su familia y quiso asegurarse de ser el último. Siguió la rama de su tío-abuelo, descubriendo que se había mezclado con el apellido Tabera una generación atrás. Quedaban pocos familiares, pero los buscó y aquellos a quienes creyó sospechosos de los chivatazos y vistazos a su mente los hizo eliminar. Los sueños no cesaron, los chivatazos tampoco. Volvió a aumentar la presión. Siguió investigando hasta encontrar al descendiente que le interesaba. Estuvo cerca de cazarle con sus esbirros un par de veces pero siempre lograba esquivar el instante del gatillo, minutos o segundos antes.
Paul, en paralelo a sus «negocios», llevaba un par de décadas poniendo a media docena de científicos de vanguardia, serios pero con la mente abierta, a aislar explicaciones sobre su capacidad. Estos habían desarrollado sus hipótesis científicas sobre dos cuestiones: las leyes lógicas de la causalidad y el hecho de que el pensamiento es anterior a la percepción de conciencia del mismo. Así entendieron que el poder de Reed era, en esencia, una capacidad para predecir el resultado del pensamiento decisorio de otras personas antes que ellas fueran conscientes del mismo, una forma extendida de intuición, esa indeterminada cualidad humana para acertar el destino de las cosas sin datos sobre ello. Sobre esta base, empezaron a desarrollar una tecnología que, aplicada sobre automóviles, podría inhibir específicamente la percepción intuitiva sobre las decisiones del conductor.
Pensando en el problema que le ocupaba, Paul se preguntó, ¿se podría aplicar esta tecnología sobre el uso de otros objetos? ¿Sobre un fusil, por ejemplo?
¿Quién era Carlos Tabera?
Puede que vuestra mesa de juego, si tiene poca experiencia en el mundo del género negro, crea que la víctima de un delito no deba ser objeto de investigación y no hayan intentado averiguar mucho sobre Carlos Tabera, pero a lo largo de toda la historia podrían intentarlo y obtener información distinta dependiendo de las habilidades que utilicen.
Actualidad con +5 a la dificultad: Carlos Tabera no es una persona conocida ni que se prodigue en los medios, o en saraos de famosos. En especial en los últimos años, por motivos obvios. Sí es posible reconocerle como el responsable de varias denuncias independientes realizadas por una asociación de consumidores, famosa por lograr información que parecía imposible de conseguir sin un chivatazo. Pero no se le conoce más actividad de este tipo desde hace unos cuantos años y ninguna de las empresas denunciadas tiene relación con Esteban Vidal o Paul Reed.
Buscar datos a dificultad normal (posible sinergia con Burocracia): también se puede obtener así la dirección de Tabera y, al hacerlo, si los dados de calidad (d+ y D-) suman más de 10, averiguar que no son los únicos que han estado haciendo indagaciones sobre él. Al parecer, la gestoría García e Iznaga ha hecho varias peticiones de información a la administración pública a través de su único administrador, un tal Paul Reed.
Buscar datos con +5 a la dificultad: de esta manera es posible obtener parte del árbol genealógico de Tabera (ver imagen) si se busca específicamente.
Comercio con -5 a la dificultad: investigando a García e Iznaga se obtendrán todos los típicos datos de que se trata de una empresa pantalla de otra actividad: apenas tiene movimiento de capital o beneficios y sus actividades son tan mundanas como el alquiler de un piso o la compra de otro (como sabemos del capítulo anterior).
En casa de Carlos
Seguridad con -5 a la dificultad; así de sencilla es la cerradura de Carlos, quien esperaba siempre detectar a tiempo las intenciones perjudiciales de cualquier persona que se acercase. Su casa es un piso tipo loft de casi 200 metros cuadrados en el barrio de Playa de Cayo.
En él pueden verse signos de una vida bastante moderada en cuanto a vicios o lujos, más allá de lo carísimo que será el piso. La mejor baza para saber de él está en su ordenador, donde tiene digitalizado todo su trabajo y facturas. Será necesario saltarse alguna clave (TA de Seguridad a dificultad normal, con sinergia con Buscar datos).
El resultado de esta búsqueda es que Tabera se dedicaba profesionalmente a la asesoría de empresas en asuntos de competencia, detectando en qué campos iba a moverse empresas rivales de sus clientes y con qué estrategias antes de que lo hicieran. La cantidad de sus beneficios que Carlos Tabera ha donado a ONGs es enorme, por cierto, tanta que explica por qué su único lujo sería el tamaño de su casa; podría permitirse mucho más con lo que ha ganado.
Desde luego, los personajes tendrán los nombres de algunas de las empresas para las que ha trabajado, que incluyen a alguno de los socios de Esteban Vidal, si luego se confirma. No hay pistas de actividades delictivas, sin embargo. Parece que Tabera estaría trabajando para empresarios poco de fiar pero sin saber de sus negocios turbios o sin querer pensar en ello.
Como curiosidad, una TA de Buscar Datos en el historial de búsqueda de Carlos en los últimos tiempos revelará que ha estado también intentando localizar a un familiar lejano un hermano de su bisabuelo. De esta manera es posible encontrar el mismo árbol genealógico que con la tirada de más arriba, pero en este caso, completo.
¿Quién es Esteban Vidal?
Una cosa es hacer una investigación local en Cunia con un pequeño paseo a Madrid y otra viajar a la capital de Suiza para perseguir al contratante de unos asesinos. Algo así requiere más dinero y sin duda comunicar u obtener permiso del cliente, el conocido de los investigadores que les contactó inicialmente. Este no podrá dar dicho permiso, ya que el dinero, al cabo, realmente no es suyo. Tras titubear y quizás dar alguna excusa poco convincente, hará una llamada en la que convencerá a Esteban Vidal de ponerse en contacto con los personajes, bajo la amenaza de quitarse de en medio del problema diciendo a sus amigos que abandonen el caso.
Así, en algún sitio público pero discreto, Vidal establecerá una cita. Esta deberá ser breve porque pretende que viajen rápido a Berna. Lo ideal quizás sea en el aeropuerto de Cunia (en cuyo caso Vidal deberá desplazarse hasta allí), o en el de Valencia, que es la opción que preferiría el empresario. En cualquier caso, en el momento de la cita promete tener (y tendrá) preparados los billetes de los personajes para Berna. Una vez haga esta conexión entre personajes y Vidal, el amigo del grupo desaparecerá de la historia.
Por supuesto, es de esperar que quieran saber algunas cosas de Esteban primero. Su contacto podrá decirles poco: es el típico amigo de un amigo con el que intercambió tarjetas de visita una vez en un evento social. Sí, recuerda haberle comentado que conocía a detectives muy competentes en Cunia pero nada más.
Actualidad a dificultad normal: Esteban es un empresario establecido en Valencia que se relaciona con la gente más discreta y procura mover hilos desde fuera de la luz de las cámaras del papel couché.
Bajos fondos a dificultad normal: Esteban Vidal es un nombre que suena en los bajos fondos. Está relacionado con operaciones poco transparentes con un anterior gobierno autonómico y no hay dudas de que seguirá intentándolo con el actual. Solo si la suma del resultado de los dados de calidad (D+ y D-) es superior a 10 se obtendrá también la información de que Esteban Vidal es amigo personal de un hombre apodado «Vicente Sant Pau». Su verdadero nombre no se conoce pero sí que es el principal jefe criminal de Valencia, el equivalente a Don Víctor en Cunia.
Bajos fondos con +5 a la dificultad, pero usando Fama (que aumenta la dificultad) e Infamia (que la disminuye) como modificadores a la tirada y solo si se averiguaron los datos anteriores: hace un tiempo alguien habría dado un soplo reciente a la policía sobre la banda dedicada al tráfico de armas que tiene su sede en el Hostal Nieto y a la que se ha relacionado en ocasiones con la organización de Vicente Sant Pau. Por suerte para los traficantes, el policía que recibió el chivatazo habría estado comprado por la banda, avisando a tiempo del asunto, aunque sin llegar a poder identificar a quien dio el chivatazo. Esta información solo tendrá relevancia para los personajes en caso de que hayan tenido conocimiento de los traficantes de Hostal Nieto
Comercio a dificultad normal: la empresa de Vidal se dedica a la compraventa de casas y terrenos, así como a la reforma de edificios. Si los dados de calidad suman más de 10, sabrán además que ha habido denuncias por blanqueo de fondos pero nada se ha probado.
Charlando con Vidal
El empresario es un hombre delgado de tez cetrina y un traje carísimo color oliva. En caso de que se hayan citado en algún restaurante o cafetería, verán que devora como si tuviera tres cuerpos que llenar. Directo al grano, pedirá una resumen de lo averiguado hasta el momento y sobre todo saber si los asesinos de Tabera estaban contratados por alguna una banda criminal o actuaban por otros motivos.
Explicará que él y ciertos socios que no va a mencionar tenían mucho interés en las habilidades que poseía Carlos Tabera, a quien contrataban con frecuencia. Aunque es probable que no le crean, si se insinúa que los socios de Vidal podrían ser gente alejada de la legalidad, este responderá con una evasiva: ellos siempre han contratado a Carlos para asuntos legales, por supuesto.
Aparentemente, Carlos era capaz de anticipar las estrategias de rivales comerciales, si bien no con total acierto, sí con unos porcentajes de éxito realmente inusitados. Podría confesar que su primera sospecha respecto del asesinato era una empresa rival pero, tras los datos que han obtenido, es también creíble que haya otra motivación detrás, en especial si la banda de la señora Nieto solo estaba siendo un proveedor más y no la organizadora del asesinato. En cualquier caso, a Esteban y sus socios no les gusta dejar cables sueltos, por lo que están dispuestos a pagar para que sigan la investigación hasta el final, incluyendo el viaje a Berna.
Por supuesto, una breve llamada de teléfono le confirmará a la mesa de juego si su presa, el señor Reed, se ha marchado o no del hotel. La cuestión es que no, para el personal del hotel (tirada de Dialéctica o similar a dificultad +5) nunca se habrá marchado, allí sigue y estará al menos unos días.
Por cierto, en caso de que quieran resolver el asunto de cómo llevar armas a Suiza, Esteban negará ninguna capacidad para ayudarles («¿por quién me han tomado?») y de hecho es algo realmente complicado para un ciudadano no residente en el país (https://en.wikipedia.org/wiki/Firearms_regulation_in_Switzerland). Quizás sea más sencillo incluso comprarlas al llegar, en el mercado negro (TA de Bajos Fondos con +5 a la dificultad si se habla alemán, +10 si se habla italiano, francés o inglés y +15 si no se habla ninguno de esos idiomas).
Berna
La capital de Suiza (y ciudad federal de forma parecida a Cunia) cuenta con una población de unos 140.000 habitantes. La bien conservada zona medieval de la ciudad está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983. Su baja tasa de criminalidad «directa» oculta un submundo de tramas económicas y corruptas que a menudo han sido legalizadas por leyes que favorecen la evasión y el blanqueo de capitales. Es desde luego una ciudad cara, por lo que el grupo de personajes sin duda respirará aliviado al ver que Vidal se ha encargado de hacerles llegar una adelanto suficiente. No para hacer excesos ni pasar el tiempo comiendo en el Wein und Sein (https://www.weinundsein.ch) pero sí para realizar su trabajo.
¿Sigue realmente Reed en el hotel al que llamaron, un cinco estrellas poco concurrido? Dependerá de las acciones de los personajes en el anterior capítulo. Si Reed tiene cualquier pista de que alguien ha tenido acceso al apartamento de Madrid, se marchará de su habitación pero no avisará de ello a los empleados. De hecho, hará alguna llamada que dé a entender que sigue allí, pagando mediante tarjeta para tener varias noches más de cobertura. Luego contratará un servicio de guardaespaldas cuya primera misión será alquilar otra habitación en el mismo hotel, que será donde él se aloje y usará para vigilar la situación mediante su propia capacidad telepática. Si pasan varios días y nadie llega, se marchará, volviendo a su casa en Londres.
En caso de que uno o más de los asesinos de Tabera hayan sobrevivido o escapado, habrán volado a Berna también para reunirse con Reed, quien les usará un tiempo más para enfrentar a quienes aparezcan a por él. Allí esperarán todos a que alguien aparezca: la guardaespaldas en la habitación de Reed, este en la reservada por la guardaespaldas y los dos asesinos de Tabera, si estuvieran, en otras dos. Para no llamar la atención, no pedirán habitaciones en la misma planta o contiguas, por lo que es cosa de la Dirección de Juego decidir lo lejos que están alojados unos de otros o dónde se encuentran cuando lleguen los personajes; pueden turnarse en la vigilancia, pero deberán salir a comer, hacerlo en el hotel o hacerse llevar comida a las habitaciones.
Maren Moerlen
Puntos de vida 18Ajuste por fuerza +1
Alerta 18
Esquivar 18
Iniciativa 6, 6
Descubrir 19
Sigilo 20
Pelea 18
Armas blancas 19
Armas de fuego 22
Savolta
Puntos de vida 21Ajuste por fuerza +2
Alerta 18
Esquivar 18
Iniciativa 6, 6
Descubrir 18
Sigilo 19
Pelea 22
Armas blancas 20
Armas de fuego 17
Cage
Puntos de vida 18Ajuste por fuerza +1
Alerta 18
Esquivar 19
Iniciativa 7, 6
Descubrir 20
Sigilo 21
Pelea 17
Armas blancas 15
Armas de fuego 22
Maren Moerlen será la guardaespaldas que se encontrará en el hotel cuando los personajes decidan actuar. Aunque hay otros dos guardaespaldas que cubren dos turnos más para que Reed tenga vigilancia las 24 horas, por comodidad haremos que siempre sea Maren quien se encuentre en ese momento.
La guardaespaldas es una sobria y sólida profesional que no está dispuesta a soportar tomaduras de pelo. El trabajo ya le empieza a parecer raro; esperar en una habitación ni siquiera contigua a la de quien debería proteger por si aparece alguien a hacerle daño a su protegido. Muy, muy extraño. Es consciente de que está sirviendo de cebo para pillar a alguien pero se mantiene en el caso porque le han asegurado de que se trata de un ex-novio celoso que apenas supone peligro, al que quieren pillar in fraganti para denunciarle. La verdad, no se lo cree del todo.
Reed, que conoce estas dudas de Maren, no pretende que la guardaespaldas dispare a los personajes o suponga un gran obstáculo para ellos, sino entretenerles lo suficiente para actuar él. Cuanta más larga sea esta conversación (en el supuesto de que llegue a darse) más tiempo tendrá Reed para actuar. Esto se debe tener en cuenta de cara al siguiente capítulo.
El estrés de Maren cuando lleguen los personajes será suficiente para activar el poder del telépata, quien se pondrá en movimiento para demostrar lo extremadamente peligroso que puede ser, en especial si es ayudado por los otros dos asesinos. Su objetivo es liquidar este asunto sin tener que dar explicaciones a sus socios y se siente capaz de hacerlo. Quizás su poder telepático le haya dado cierto nivel de paranoia e ilusión de grandeza pero insistimos: Reed es un rival muy, muy peligroso.
Los personajes tienen una oportunidad con Maren en caso de que actúen con astucia y logren convencerla de que la están engañando y de que Reed es un criminal que la utiliza como cebo, quizás con intención de librarse de ellos. De todas formas no es fácil convencerla y, a la primera de cambio que sospeche que los personajes puedan ser tan turbios como su pagador, intentará avisar a la policía suiza para que se encargue del asunto.
Excusatio non petita
Era intención de este autor que la presente aventura se extendiese solo dos números de la revista. Sin embargo, la escena del ataque de Reed en el hotel ha resultado ser larga y compleja debido a las capacidades de la némesis de la mesa de juego. Además, hay bastantes pistas que recoger en el hotel sobre lo que está ocurriendo y un epílogo que jugar también. En consecuencia, creo necesario que esta última escena ocupe un tercer capítulo entero del Instante del gatillo. ¡Siento dejaros con la intriga, compas!
Las imágenes pertenecen a Andreas Wieser (aeropuerto), Xavier 69 (Berna) y Brendan Bell (hotel)