Es bastante probable que te hayas fijado en las cestas de mimbre o bandejas de arcilla que cuelgan en las chozas y hogares de los grakines llenas de huesos de fruta o de frutos secos. Muchos habitantes de Pangea, en casi todas las razas excepto los gruba y los dwaldur, guardan estas semillas algún tiempo alejadas de la humedad y de los insectos. En el caso de las frutas, el proceso requiere la limpieza del hueso y su posterior secado al sol antes de colocarla en el reposadero, nombre que se le da a la cesta colgada.
Cuando se acerca la época fría, los inquilinos aprovechan un día para carcas todas las frutas y extraer todas las semillas. Es un proceso que suele encargarse a los niños con la supervisión de un adulto joven. Se descartan todas las semillas estropeadas y el resto se muelen aplastándolas con una piedra plana sobre otra piedra plana de mayor tamaño. El fruto de la molienda, la harina de semillas, se guarda en un recipiente de arcilla o piedra. Sigue leyendo